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El partido termino 4-1 a favor de argentina con dos goles de messi, uno de papu y otro de lautaro.

Después del partido me quede con los chicos festejando y mientras volvíamos al hotel lograron convencer a scaloni para que nos deje salir de joda y, no sé como, pero lo lograron y ahora me estaba cambiando en mi habitación.

Después de cinco segundos de pensar me decidí por un vestido, porque era lo único que tenía como para salir de joda. El vestido es manga larga y de un color azul claro, además tiene la espalda abierta y una abertura en una de las piernas. De maquillaje me hice un delineado, me puse rubor y rimel.

Me puse perfume y salí de la habitación. Al no tener muchas opciones tardé poco tiempo y no me iba a quedar en mi cuarto al pedo, así que me fui a la habitación de rodri y lean, que era la más cercana.

Toque la puerta y me abrió gio.

— ¿Cómo anda la bandaaaa? —pregunté mientras los saludaba con un beso.

—Joya reina. ¿Ya estás lista? —me preguntó lean mientras se ponía perfume.

—Sip, que rico perfume por dios. Seguro que te lo regaló Cami, tiene re buen gusto en esas cosas.

—Gracias Romi, si me lo regaló ella. Estás re linda hija de puta.

—Siempre tan cariñoso vos.

—Bueno cheee, vamos con los demás si ya estamos listos.

—Pará McQueen ¿Quién mas va?

—Todos, bueno la mayoría creo. Por lo que sé no van leo y el fideo nomás.

Mientras hablábamos de boludeces bajamos al lobby donde estaban algunos y esperamos a que bajen los demás. Nos dividimos en los autos y fuimos al boliche, por lo que entendí el kun había alquilado el vip para todos, así que mis chances de estar con alguien se reducían a cero.

Apenas llegamos me senté en la barra y pedí un mojito, por suerte no pasaban música brasilera porque esa onda de los brasileros de sonreír y bailar con tantas ganas de vivir me rompía un poco los huevos, hasta que me pongo en pedo, ahí me encanta.

Estuve hablando con molina y julián un rato hasta que se fueron a bailar con unas minas. Me estaba por ir a la terraza hasta que llegó el tucu y me dijo de ir a bailar.

Bailamos un rato mientras nos cagábamos de risa, pero como en el vip estaba el ambiente medio muerto bajamos al boliche normal, que estaba abarrotado de gente. Pedimos unos tragos y nos prendimos a un grupo de argentinos bastantes piolas.

En un momento fui al baño a acompañar a la única chica del grupo, pero cuando salimos la perdí entre tanta gente. Me metí entre las personas para intentar encontrar las escaleras y subir al vip, pero las luces y la gran cantidad de gente me jugaban en contra.

Me estaba empezando a poner nerviosa, y cada segundo me costaba más respirar.

Sentí que alguien me agarró del codo y me habló, pero tenía la vista nublada y no pude identificar quien era hasta que el aire fresco me pegó en la cara y se normalizaron mis sentidos.

—Ey Roma, decime que estás bien por favor. —escuché que me decía mientras me agarraba la cara con sus dos manos. —¿Qué te pasó? ¿Te hicieron algo? Mirá que si te hicie-

—Pará Emi, estoy bien. No me hicieron nada.

Cuando escuchó lo que le dije, examinó cada parte de mi cara para ver si le estaba diciendo la verdad, y cuando se dio cuenta de que así era, su mirada se suavizó notablemente y me acarició levemente la cara con los pulgares como asegurándose de que estaba bien. Cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo se alejo un poco de mí y, a pesar de que todavía no estaba en mis cinco sentidos me encontré sintiendo frío en el lugar donde sus manos estaban, extrañando internamente su tacto.

𝘳𝘰𝘮𝘢 -𝘦𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢𝘯𝘰 '𝘥𝘪𝘣𝘶' 𝘮𝘢𝘳𝘵𝘪𝘯𝘦𝘻Where stories live. Discover now