Extra VIII. Las Gemelas Evans

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No sé cuanto tiempo repito lo mismo, pero me detengo hasta que siento que su respiración se normaliza. Los latidos de su corazón ceden un poco y es cuando nos separamos para poder mirarnos a la cara.

Le limpio las mejillas con mis manos, al igual que su nariz quedan rojas pero al menos vuelve a sonreír. Sus ojos lucen más azules que nunca, enmarcados por esas largas pestañas empapadas. Siento un pinchazo de culpa en el pecho nada más pensar en todo lo que lo hicimos pasar.

—Lo siento.

Niega con la cabeza en tanto se inclina para darme un beso en la frente.

—No amor, no es tu culpa.

—¿Ellas...?

—Están bien — me interrumpe con suavidad — El doctor dijo que debían estar en la incubadora unos días, nacieron con una mínima insuficiencia respiratoria pero fuera de eso son muy sanas.

Me da un vuelco el estómago al escucharlo.

—¿Ya las viste?

Asiente, sus ojos adoptando un nuevo brillo de ilusión.

—Son... no sé como describirlo. Perfectas — rebusca en el bolsillo de su pantalón y saca su teléfono — Les tomé muchas fotos ¿Quieres verlas? 

—Por Dios, la pregunta ofende — se ríe — Claro que sí, enséñamelas. 

Me muestra la pantalla, la foto la tomó desde el otro lado del ventanal. La vista panorámica de las incubadoras me distrae un momento y luego él me señala donde es que están mis bebés. Apenas se pueden ver pero el simple hecho de saberlas sanas y con vida provoca que se me remuevan fibras hasta donde no. Las lágrimas me nublan la vista.

—Son tan chiquitas — mis dedos viajan a la pantalla. 

Me muero por cargarlas, por tenerlas finalmente en mis brazos. 

Chris se sienta a mi lado, sin apartar la vista también de la foto me abraza para que pueda recargar la espalda en su pecho. 

—¿No crees que sientan que las abandonamos? 

—No, mi amor. Nosotros no escogimos que fuera de esta forma y ellas están bien atendidas, las cuidan todo el tiempo. Además no han estado solas ni un momento, todos se turnan para verlas. 

—¿Cómo así? 

Antes de que pueda responder, la puerta se abre y yo me apresuro a limpiarme las mejillas cuando el doctor asoma la cabeza dentro de la habitación. 

—Hola — nos dedica una sonrisa amable al entrar — Muchas felicidades, papás. 

—Gracias — decimos Chris y yo al unísono, y sé que puede parecer una tontería, pero la simple palabra me hace querer dar saltos de alegría. 

Soy mamá. 

—¿Cómo te sientes, Victoria? 

—Como si me hubiera arrollado un camión — mi respuesta lo hace reír, le devuelvo el teléfono a Chris — Me siento cansada y la herida me incomoda un poco. 

—Es totalmente normal, la anestesia ha pasado por eso sientes algo de dolor. Tendrás que quedarte todo el día de hoy y si todo sigue tan bien como hasta ahora, mañana mismo podremos darte el alta. 

—¿Y mis bebés? — no puedo evitar preguntar.

—Están mejorando de forma optimista y rápida — cierro los ojos al tiempo que dejó escapar todo el aire que no sabía que estaba conteniendo — Sus pulmones están trabajando con normalidad, para como pintan las cosas, podrían salir de la incubadora antes de lo esperado. Probablemente en un par de días puedan tenerlas con ustedes. 

ALL OF ME  [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora