Capítulo 2.

2.4K 240 23
                                    

—¿Co-como lo sabes? —pregunté nerviosa y también un poco asustada. Su labio se curvo con diversión y arreglo su cabello pasándose una mano por esté.

—Muchas chicas y hombres vienen aquí porque lo son, pero tú has sido la única que me ha dicho que le tiene miedo a que la toquen.

—¿Muchas personas aún con veinticinco años son virgen?

—Con mucho más —contestó sonriendo—. No le veo completamente el problema al ser virgen. Muchas personas dicen esperar al indicado ¿tú no?

—Pues, hasta que tenía dieciocho, sí, pero luego... cuando iba pisando los veintiunos y sabía que nada pasaría y el indicado jamás llegaría, me iba a la casa de cualquiera que conociera en un bar.

—¿Llevas cuatro años haciendo lo mismo, y aún lo eres? —preguntó sorprendida. Asentí bajando la cabeza y jugando con mis dedos. Era patética. La situación era patética. Yo era patética.

Su mano se posó en mi rodilla con delicadeza. Di un pequeño salto apartándome, cayendo al suelo inmediatamente. Escuche su gran carcajada y me ruborice por completo apoyándome en el pequeño sillón en el cual estaba segundos antes, parándome.

—¿Por-qué hicis-te eso? —pregunté tranquilizando mi agitada respiración.

—Es parte del procedimiento —contesto controlando su risa.

—¿Parte del procedimiento es violarme?

—¿Qué? Yo no iba a violarte Juliana, solo quería ver tu reacción ante las caricias.

—Ya lo comprobaste —dije con la barbilla en alto, sentándome nuevamente y arreglando los pequeños cabellos que se habían escapado de mi coleta.

—Pues sí —contesto divertida. Tomo nuevamente su cuadernillo ya sé que me dijiste que no querías que escribiera, pero no lo haré, solo revisaré una cosa.

Asentí viéndola posar su mirada en el cuaderno y pasar hojas y hojas rápidamente. Nuevamente me dedique a observar la habitación. Y me sentí una tonta. ¿Por qué mierda había actuado así? Cuando ella posó su mano sobre mi rodilla, una extraña corriente recorrió todo mi cuerpo asustándome aún más.

—¡Aquí esta! —dijo contenta, llamando mi atención.

—¿Qué?

—Esto es aburrido y hace muchísimo que no lo receto, pero tendrás que hacerlo quieras o no.

—No me digas, me harás leer un libro titulado, "sexo para idiotas".

—Justamente —contesto sonriendo. Mi rostro se puso pálido y la mire incrédula.

—¿Estás bromeando, no es así?

—No, no estoy bromeando, esto solamente será... la primera parte, leerás algunos artículos que vienen allí y luego, me los dirás. Luego, haré un seguimiento.

—¿Un seguimiento?

—Si, saldrás a un club, conocerás a un chico e irás con él a su casa. Practicaras absolutamente todo lo que viene en el libro y te dé por leer.

—¿Practicar con él?

—Por supuesto —contesto —todo lo que yo te diga que hagas con él, lo harás... absolutamente todo.

—Pero, dijiste, seguimiento ¿me estarás espiando toda la jodida noche? —se encogió de hombros cerrando el cuaderno.

—Estar siguiéndote, toda la noche, hum, no, pero algo parecido. No te lo diré, así que no insistas —curvé mi espalda y solo asentí, aceptando. Si quería dejar de ser virgen ya, debía hacer cualquier cosa que él quisiera.

Virgin | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora