Day 7

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Recuerda que tenía siete años la primera vez que vio el mar en persona

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Recuerda que tenía siete años la primera vez que vio el mar en persona. Su familia había decidido ir de vacaciones a Okinawa, él estaba bastante emocionado quería tomar muchas fotografías y mostrárselas a sus amigos cuando regresara de su viaje.

Cuando llegaron al hotel lo primero que hizo el oji-azul fue curiosear la habitación, habían dos camas bastante grandes, algunos cuadros colgados en las paredes, el baño era bastante amplio.

¡Incluso tenía una bañera!

Takemichi veía todo con asombro pero lo que más llamó su atención fue el balcón de la habitación, el pequeño salió seguido de su madre. La vista era realmente hermosa, los brillantes colores en el mar y en el cielo lo hicieron dar saltitos emocionado.

Ya quería meterse al mar.

Un pequeño destello en el agua lo hizo entrecerrar los ojos para ver mejor, al no poder distinguir lo que causaba ese brillo decidió preguntarle a su madre.

-¿Qué brillo amor? Yo no veo nada- su madre estaba viendo al mismo lugar que el pequeño pero el dichoso brillo nunca apareció.-Tal vez viste mal Take

-No mamá, estoy seguro de lo que vi- el pequeño frunció el ceño y formó un puchero, odiaba cuando su madre no le creía.

Ambos volvieron al interior de su habitación, a lo lejos un pequeño ser marino los observaba desde una rocas. Mikey se había escondido cuando sintió una mirada en el, sabía que estaba bastante lejos como para que el niño humano lo reconociera pero no tomó en cuenta el reflejo del sol en las escamas de su aleta por lo que al hacerlo se encogió en su lugar.

Al ya no sentir ninguna mirada decidió salir de su escondite, tenía que alejarse de ahí antes de ser descubierto.
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Takemichi apuraba a sus padres, la familia estaba en la playa a la que daba vista su habitación, el pequeño azabache recogía algunas conchas que encontraba en su caminar mientras sus padres grababan y fotografiaban cada pequeña acción de su hijo.

-¡Papá! ¡Mamá! ¿Puedo ir a recoger más conchas?-

Ambos padres se voltearon a ver.

-Está bien, pero no vayas muy lejos- su padre no quería dejar a su hijo sólo pero tuvo que ceder ante la mirada de su esposa- Nosotros estaremos por haya, cuando estés cansado regresa con nosotros.

Takemichi asintió y comenzó con su tarea, quería tener conchitas suficientes para hacerle pulseras a sus amigos, su cubeta apenas iba por la mitad así que se alejó un poco más.

Había llegado a una pequeña zona con rocas, sus ojos brillaron al encontrar el objetivo de su búsqueda. Al tener su cubeta llena supo que era hora de regresar con sus padres pero un quejido lo hizo parar.

MaiTake Week [2022]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora