— Mejor vamos a encender la fogata, esta el clima perfecto — propuso Mar y se me hizo agua la boca al imaginar malvaviscos.

— Si si yo quiero algunos malvaviscos — y como era de esperarse todos fuimos hasta el jardín para organizar todo, me alejé un poco para contemplar las estrellas.

— No me haz llamado — comentó Matt acercándose.

— Tu no lo haz hecho no tendría porque hacerlo yo.

— Me pediste tiempo y te lo he dado, además he estado con mi padre, su estado de salud no es el mejor.

— ¿Que tiene?

— Es su corazón, no creo que resista mucho — noté sus ojos llorosos — no se como decirle a Mar.

Lo abracé de inmediato, me partía el corazón verlo así.

— Trata de calmarte un poco, no se lo puedes decir ahora — tomé su rostro entre mis manos y limpié sus lágrimas.

— Gracias por tus pabras, te ves hermosa embarazada — tomó mi barbilla para acercarse.

— Matt — susurre, nuestros labios estaban por tocarse.

— Hey chicos los estamos espe... — Megan guardo silencio y nos separamos inmediatamente.

— Demonios yo regreso luego, sigan en lo que estaban.

— No te preocupes ya vamos con ustedes, tengo hambre — me justifique.

Fuimos con ellos y empezamos a contar nuestras anécdotas mientras comíamos malvaviscos con chocolate caliente.

— Nunca voy a olvidar cuando Matt nos quiso jugar una broma en el centro comercial y casi nos llevan a todos a la cárcel por andar con él — solté una carcajada al recordarlo.

— Yo no fui ese día — dijo Albert y decidí explicar.

— Matt nos había guardado varios artículos en nuestros bolsos porque se los pasábamos para que los cargara, al final nos los dio y cuando estábamos por salir las alarmas se activaron, él gritó corran chicas y creíamos que todo era broma así que corrimos hasta que vimos a los guardias y a la policía seguirnos — reí hasta las lágrimas.

— ¿Y que hicieron con la policía ahí? — no podía hablar por la risa.

— Tuvimos que hacer labor social, mi mamá casi me mata cuando le dije pero Matt se hizo responsable de sus actos y fue el que más labor social hizo — expliqué.

— Si, también recuerdo que me embarraste con la pintura que era de la iglesia — explicó Matt entre risas.

— Aún creo que tengo la foto — teníamos la atención de todos.

— Si no los conociera diría que ustedes son ex novios pero sé que éste no se atrevió ni a darte un beso — bajé la mirada porque me delataría.

— Si supieras — susurro Matt pero todos pudimos escucharlo.

— Ya confiesen — pidió Alexa.

— No pasó nada ¿Verdad Matt? — pregunté con temor a su respuesta.

— No pasó nada chicos, solo lo dije para molestarlos — sonreí ante su comentario.

— Entonces confiesa Matt, ¿aún sigues enamorado de Zoe? — preguntó Alexa.

— Porfavor esa pregunta Alexa, ¿por quién crees que vine? — no pude evitar sonrojarme.

Todos rieron al verme roja y no pude ocultar mi cara de vergüenza, me sentía como una adolescente.

— Si ustedes los hubieran visto como los encontré — dijo Megan para beber su chocolate.

— Habla ya — pidió Mar.

— Megan cállate —pedí y se formó una risa maliciosa en su rostro.

— Estaban por besarse pero ustedes me mandaron y los interrumpí — hubo silencio por parte de todos, hasta que Matt habló.

— No pasó nada, tu de seguro viste mal — explicó rascando su nuca y se notan sus nervios.

— A nadie engañas con eso Matt, es verdad estaba por besarme y no lo iba a permitir — expliqué y todos se quedaron boquiabiertos.

Los chicos cambiaron de tema al vernos incómodos y a mi un poco molesta ante su insistencia, hablamos de los trabajos de cada uno, me estaba durmiendo en la silla y Matt me ayudó a levantarme.

— Te llevaré a tu casa — sonreí algo soñolienta.

— Pero no te pases como la otra noche porque como traigo las hormonas no respondo — reaccioné a lo que dije y abrí bien mis ojos, detrás de Matt estaban los chicos.

Estallaron en carcajadas al escucharme.

— Demonios — maldije.

— Tranquilos guardaremos el secreto — dijo Mar para seguir riendo.

— No es lo que creen — no había manera de justificarlo.

— Ya chicos porfavor, ¿se lo decimos? — me preguntó Matt y no tenía idea a qué se refería.

—  Eh... — no sabía que responder.

— Hablen ¡ya! — pidió Alexa.

— Estamos juntos, pero aún no les queríamos decir — quedé igual de sorprendida que ellos.

— ¿Es verdad? — preguntó Albert.

— Si — no podía negar lo que él acababa de confirmar aunque fuera una mentira.

— Porfin te diré cuñada — dijo Mar para abrazarme, reí algo incomoda.

— Bien escondido se lo tenían, así que serás padrastro — el comentario de Albert me molestó.

— No digas estupideces, Matt vámonos — gire sin despedirme.

— Lo siento Zoe solo bromeaba — lo mire mal y tome el brazo de Matt — Gracias por compartir con nosotros chicos, los extrañe — nos dimos un abrazo grupal para despedirnos.

Matt conducía a casa y preferí no hablar de la mega mentira que le había dicho a los chicos.

— ¿Haz pensado algún nombre? — negué con la cabeza.

— He leído muchos pero ninguno me convence — vi que giro en dirección contraria — ¿a donde vamos?

— No quiero que te alteres pero nos están siguiendo hace varias cuadras — Muy tarde tengo mis nervios a mil.

— ¿Cómo me dices eso? Busquemos un lugar público, no nos harán nada con muchos testigos.

— No, sería ponernos aun más en riesgo, tu tranquila yo lo resuelvo.

Cerca de tí Where stories live. Discover now