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Después de haberse despedido de su amiga ya había llegado a su hogar.

-¡Chica por favor quieta, hazta a mi me estan dando nervios!

-No puedo evitarlo, esta nublado afuera y sabes lo que significa

-Lo sé lo sé pero porfa pará , que me va a dar algo de verdad mujer

Ella y su hermana estaban en la sala tratando de distraerse, casualmente se habían topado y era mejor tener compañía en ese momento.

-Espero que Isabela este bien..

Su hermana se había hecho amiga de la Madrigal en alguna ocasión que ya no recordaba y ambas esperaban ansiosas de una noticia, la cuál llegó con una golpe en la entrada.

-Si que necesi- ¿Luisa Madrigal?

-¡¿Qué Qué Qué?!

Milla salió corriendo de la sala principal al escuchar a su hermana decir tal nombre después de ir a ver quién era.

Cuándo ambas encontraron sus miradas la recién llegada corrio hacía la otra sollozando y abrazandola.

-LUisAa todO eSta biEn, papª EsTa contIgO..

Agustín, el padre de Luisa había sentido lo mismo que ella al perseguir a la gran mujer y su velocidad.

Talvez esta no lo había escuchado cuándo corría hazta aquella casa.

-¿Señor Agustín esta bien?

Su hermana ayudaba al pobre hombre con un vaso de agua, que al toque lo tomó.

-Muchas gracias jovensita... Luisa hijita

La nombrada seguía sollozando nuevamente en el hombro de la pequeña quien acariciaba la espalda de esta aun procesando la situación.

-.. Luisa tu padre está aquí para ti

Le dijo suavemente en el oído pero está aún no se despegaba.

Se sentía avergonzada de si misma, no podía ver a su padre a la cara después de lo que sucedió.

Y lo estaba también por molestar a su amiga.

-Luisa hijita, si quieres puedes quedarte.. Claro si no es problema..

Miró preocupado a las 2 niñas, estas se miraron y ambas ya habían decidido.

-No hay ningún problema Don Agustín de verdad, Luisa si quiere quedarse sera un honor

-¡Muchas gracias muchachas!... Amor todo va a estar bien, papá va a protegerlas

Jamas había sido mas decidido, iba a proteger a sus hijas a toda costa y ahora mismo iría a apoyar a su hija Mirabel.

Después de que Don Agustín dejará a Luisa en manos de su amiga, ellas aún estaban tratando de que ella dejará de llorar.

-Hermana traé aguita porfis

-Te aprovechas de mi buena fe

Y ella con agilidad se sentó en el sillón y recostó a la otro en su regazo.

-Hey Luisa, todo va a estar bien tranquila

-Me siento tan patética

-Esa boquita solo dice tonterías

-Debiste ver como me veían..

-Yo vi que tu padre te observaba con cariño

La hermana de Milla entró a la sala y entregó el vaso a su melliza.

Evolucionando - Luisa Madrigal Kde žijí příběhy. Začni objevovat