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Siendo la una de la tarde, mi estómago ruge de hambre, me levanto de mi escritorio lista para ir a cojer un poco de comida de la cafetería, de la empresa en dónde casi todos los días como con mis compañeros pero está vez tengo más trabajo de lo normal así que me disculpare con ellos por no poder comer juntos.

Salgo de mi linda oficina, y choco contra el pecho de alguien

Levanto la vista encontrandome con mi guapo jefe

Mateo del Valle

—buenas tardes, señorita—me saluda alejandose un poco para tener un poco de privacidad

—buenas tardes, señor del Valle—le devuelve el saludo cordialmente

—oh no, no me llames así, me haces sentir viejo, mejor llámame Mateo así como todos—me dice regalandome una sonrisa

—lo siento pero no puedo, usted es mi jefe por lo tanto merece respeto.

—me voy a enojar si me sigues llamando así, eh

—esta bien...Mateo—digo y su sonrisa crece al oír su nombre saliendo de mis labios

—bueno a lo que venía, ¿Quieres ir a almorzar conmigo, señorita Castillo?—me pregunta Mateo moviendo sus dedos nerviosamente

—y-yo...con u-usted?

—siii, ¿Está bien?, Oh tiene cosas que hacer—se comienza a rascar la parte de atrás del cuello

—oh lo siento pero no puedo, de hecho tengo mucho trabajo, y ni siquiera tengo tiempo para salir—le digo la verdad

—pero, por eso no te preocupes, puedes dejar el trabajo para después, además, soy el jefe.

—si, pero, no me gusta dejar el trabajo para después, y tampoco quiero que porque usted sea el jefe me de privilegios o algo así.

—responsable, me gusta, pero, te digo Alice, no hay problema, vamos, solo será un rato—escucho como mi nombre sale de sus labios causandome pequeños cosquilleos en mi.

—esta bien, vamos—le respondo con una sonrisa

(…)

No me debería sorprender que me haya invitado al restaurante más caro  de todo la ciudad, pero, lo hace.

Tomamos asiento, uno delante del otro

No debería estar nerviosa, pero, lo estoy, mi corazón no deja de latir con frenesí sabiendo que estoy almorzando con mi jefe.

De comida pedimos unos chicharrones para comer y está de más, pero, estaba delicioso.

(…)

Regresamos a la empresa después de haber almorzado unos deliciosos chicharrones.

—gracias por el almuerzo—le agradezco cuando se abren las puertas del ascensor y entramos a mi piso

—no es nada, pero, también te agradezco a ti, por tu compañía—me dice el mientras yo entro a mi oficina

—nos vemos luego—me despido de él, pero, veo que él no tiene ninguna intención de salir de mi oficina.

—¿Me estás botando de tu oficina, pero, cordialmente?—me pregunta gracioso cruzado de brazos.

—si lo quieres ver así, pues si,  te estoy botando de mi oficina—le digo sin ocultar ni sonrisa

Ríe—bueno, entonces, me retiro, pero, vendré aquí, después, no te voy a dejar en paz—me dice gracioso y saliendo de mi oficina mientras me regala un guiño y yo lo miro sin entender realmente lo que acaba de decir.

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¿Cómo están ? Espero que bien

¿Que tal el capítulo?

Desde ya les voy avisando que los capítulos no serán muy largos.

No sé olviden de comentar y votar si les está gustando mi pequeña historia

Adiós

Besos de Rosalía ❤️

HORA DE IMAGINAR (Editando) Where stories live. Discover now