— Bien, belleza, ahora vamos a por lo tuyo. — Habla algo raro, porque el español no debe ser su idioma nativo. O sí, igual es que mi cerebro no funciona al cien por cien. Pero la entiendo perfectamente así que le guiño el ojo y una vez le dan sus bolsas salimos.

Entramos en una tienda bastante chula, decorada a lo Paris años 20. Me encanta. Ya sabéis, hay trajes de charlestón, con todos sus complementos a juego y vestidos con lentejuelas, muchas plumas y nos vamos probando complementos uno tras otro hasta que el que debe ser el gerente nos echa a la calle. La verdad, lo estábamos tocando todo y no íbamos a comprar nada. Pero las risas que nos hemos echado merecían la pena. ¡Y las fotos! Hacía mucho que no me reía tanto. Ya debe ser de madrugada, porque hace rato que es de noche. Los chicos, no sé dónde andarán. Hemos quedado en un par de horas en la puerta de una capilla. Ellos comprarán los anillos. Nosotras reservaremos el hotel para la noche de bodas. Melodie dice, que tiene claro el hotel que quiere y qué va a hacer esta noche con el cuerpo serrano de Bryan. Y es que el chaval está de toma pan y moja. Aunque como mi Javi no hay dos. Ya me vienen los calores otra vez. Como lo quiero. Y como me lo quiero comer. Con papas, me lo quiero comer.

Tras reservar en un hotel, que por dentro es la caña, pero del que no recuerdo el nombre, seguimos en busca de mi vestido. Y de repente lo veo. Es rojo pasión, brillando en el escaparate. Escote corazón, corte sirena y lentejuelas. ¿Sabéis el vestido de Jessica Rabbit? Pues es igualito. Y lo quiero para mí. Melodie me ve mirándolo y tira de mí para entrar.

— Hola Bombón — Melodie se dirige a la guapa chica detrás del mostrador — queremos ese vestido para ella — y señala el escaparate.

La chica sonríe, yo no sé dónde meterme. Esto es surrealista. Abro disimuladamente mi cartera. No hay demasiado dinero y no sé qué hacer. Tiene pinta de caro.

— Yo... esto... Melodie — la atraigo hacía mí mientras la chica coge el vestido del escaparate. Mel me mira fijamente preguntándose qué me pasa — No tengo dinero para ese vestido. Mejor alquilo uno por ahí — Mel se carcajea de mí, en mi cara, claro.

— Tranquila belleza — me agarra del brazo — mi ex paga — y saca de nuevo la misma tarjeta de antes — La tarjeta es suya — y entonces yo también me río. No conozco de nada a esta mujer, pero está aquí comprando ropa para su boda, con un tipo que acaba de conocer, a costa de su ex. ¡Muy heavy! ¿No?

— Acepto — Le asiento con la cabeza entre risas y entonces nos volvemos locas. Vestido, zapatos, bolso y pamela. A lo grande. Di que sí.

Después de dar más vueltas y empezar una segunda botella de champagne llegamos a la puerta de la capilla. Hemos llegado media hora antes de la reserva para cambiarnos. Entramos en una sala que el hombre de la capilla nos muestra para cambiarnos. Me miro al espejo y no sé si es el alcohol, pero me veo matadora. ¡Esta noche follas! La voz de Marta se oye en mi cabeza. Ella siempre me decía eso antes de salir de fiesta, siempre que quería animarme. Y no se solía equivocar. Y esta noche follo seguro.

Salimos después de la media hora en busca del galán que desposará a Mel esta noche. Llegamos a la puerta y el hombre que nos ha indicado el camino antes nos dice que pondrá una música y entraremos. Bryan, se ha encargado de todo el papeleo esta tarde y está todo listo para su bodorrio. Entramos y Mel y Bryan se miran y se sonríen. ¿es posible que vea amor en esa mirada? ¡Pero que se acaban de conocer! Bryan está espectacular, pero Javi. ¡Madre mía Javi! Ahí está, con un esmoquin, seguramente alquilado, porque cuestan un ojo de la cara. Aunque qué decir de nuestros vestidos. En mi vida me he gastado yo ni una décima parte en un vestido de boda. Pero... paga el ex de Mel ¿no? Perfecto. Javi Y Bryan van algo perjudicados también. Bueno Bryan sí, Javi va que se cae. Pero al verme me sonríe. Nuestros ojos no pueden dejar de bailar juntos cada vez que se encuentran. ¡Joder, puto amor empalagoso! Debería estar prohibido que la gente se enamore como yo lo he hecho. Porque moriría por ese hombre. Está perfecto. Y me imagino que somos nosotros, que vamos a casarnos. ¡Dios me muero por besar sus labios! Estoy divagando lo sé. Llegamos a la zona que debe ser como el altar. Javi me agarra de la cintura y devora mis labios. Sabe a wiski y yo a champagne, la combinación perfecta. Un carraspeo nos saca de nuestro momento guarro. Porque Javi me ha agarrado del culo y me está estrujando contra él. Cero decoro, amigos.

Enséñame a volarNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ