Capitulo 8: " Sueños hechos realidad"

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"El Amor demanda sentirse"

Karen Jimenez

"El sueño que tanto esperaba se ha hecho realidad"

Maxwell POV

-Creo que lo mínimo que puedes hacer es besarme.

Oh no! De por sí ya tenía que hacer un gran esfuerzo por mantenerme alejado de ella, y en este mismo instante ella me había pedido un beso. Quería que la besara. Yo era su jefe y prácticamente le prometí que no la tocaría. Aparté los ojos de la boca tentadora de Jane y miré a los ventanales. Afuera reinaba la oscuridad. Era hora de llevarla a casa antes de que olvidara mis buenas intenciones. Ya era hora de...

Volví a mirarla a los ojos. Error. Me sentí ahogado y estaba perdiendo la batalla. Yo solo era un hombre ¿Cómo podía resistir la tentación cuando ella misma me había pedido que la besara? Levantando mis manos enmarqué su cara, y rocé suavemente sus labios. Pero mi intención inicial, de darle un beso rápido y superficial, se desvaneció por completo cuando Jane dejó escapar un gemido, me rodeo el cuello con sus manos y se arqueó hacia mí.

Los labios de ella eran suaves y apasionados. Ella mordisqueo ligeramente mi labio inferior, dejando escapar gemidos que hicieron añicos mis buenas intenciones. El beso se intensificó y deslicé mis manos sobre sus brazos y luego las bajé hacia las asentaderas, me estaba volviendo loco. Tenía que poseerla, estaba a punto de perder el control por completo. No, no podía hacerlo.

Saqué la fuerza necesaria para interrumpir el beso. Jane tenía las mejillas encendidas y los ojos brillantes. Le acaricié los labios y le dije:

-No deberíamos hacer esto. Te di mi palabra.

Ella levantó la barbilla y me miró con esos dulces ojos.

-Por favor, no me apartes de tu lado Maxwell.

- Ay Jane - la apreté contra mí y le besé el pelo-. ¿Que voy hacer contigo?

-Yo diría que lo estabas haciendo muy bien.

Hice un gemido y supe que la batalla estaba perdida.

-Aquí no.

Jane POV

-¿Donde vamos?- pregunté deseosa. Para ser sincera, estaba un poco nerviosa, pero nada se comparaba con el hecho de que estaba con Maxwell. Aun no habia creido lo que habia dicho hace un momento, pero era ahora o nunca.

-A mi casa.

Di un respingo en el asiento, no podía creer lo que pasaba.

-¿Te parece bien?

-Si muy bien.

Su voz era sorprendentemente serena y segura, teniendo en cuenta que Maxwell me estaba llevando a su casa, casi con toda seguridad para hacerme el amor. Cerré los ojos; era prácticamente imposible que esto estuviera ocurriendo. Pero tenía la sensación de que era lo que tenía que pasar, y que este era el momento perfecto.

El estacionó el coche en el aparcamiento subterráneo de un alto edificio de apartamentos, un bloque de acero y cristal, y me llevó hasta el ascensor.

-Vivo en el último piso- dijo él tomándome de la mano-. Espero que no tengas vértigo.

-Me aterran las alturas- Bromeé

-En ese caso tendré que ocuparme de calmar tus miedos- dijo cuando entramos al ascensor-. ¿Estas bien?

La única respuesta que le di fue un apretón de manos. Me acercó a él y me besó en la mejilla. Flotando en una nube de deseo, me envolví en sus brazos y le ofrecí mis labios para otro beso. Maxwell no se hizo de rogar y me besó con excitante lentitud.

El Jefe y la RecepcionistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora