Capítulo 25

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P.O.V. Diego.

- Te dije que ganaría amor.

- Si, lo hiciste.

Dijo correspondiendo a mi abrazo.

De aquí soy, mi destino son sus brazos.

Nadie nunca me abrazó y me hizo sentir de esta forma cómo ella me hace sentir, nadie.

Sus abrazos son la perfecta forma de saber que mi lugar es ella, es mi refugio, en donde mis temores se disipan, y puedo sentir que ella me protegería, cómo yo a ella.

Ahora lo veo y entiendo que la casa o el hogar, no es una edificación, no, es ella, ella es mi hogar, mi casa.

Se separó de mí y me vió de una forma que nunca me había visto, era lastima y... ¿culpa?

- ¿Por qué me ves así?

Pregunté al ver que me seguía viendo de la misma forma.

- Tienes la cara muy lastimada.

Dijo ella acercando su grácil mano a mi cara.

- No te preocupes, sanará.

La tomé suave de la mano y bajamos las gradas de las bancas juntos, fuimos a la enfermería, ya que me dijeron que los golpes tenían que ser tratados por profesionales... salimos de la enfermería después que me atendieran, dos puntos en una cortada en el pómulo y algunas gasas en los demás golpes.

Nos dirigimos al dormitorio de mi chaparrita al salir de la enfermería... llegamos y entramos, después de haber peleado para que me dejara pasar.

Me acosté en su cama y ella fue a comprar una sopa.

Después de un rato volvió, puso las bolsas en la mesa, sacó un recipiente y lo trajo a mí.

- Toma, es de pollo con papas/verduras.

Dijo entregándome el recipiente.

- Gracias.

Empecé a comer la sopa... estaba muy deliciosa.

- ¿Por qué te tardaste tanto?

Pregunté mientras la miraba sacando ropa de su armario.

- Tuve que cocinarla.

- ¿En serio? ¿Por qué?

- Porque las casetas estaban cerradas así que tuve que ir a la cocina de la universidad y cocinarla.

- No me cocinabas desde mi... cumpleaños.

Dije triste y avergonzado al recordar ese día.

- Si, pero no tires la sopa al suelo, creo que ya no hay ingredientes en la cocina.

Eso dolió y me hizo recordar lo idiota que fuí o más bien que soy.

- Nena no voy a volver a hacer eso. Jamás.

- Cómo sea.

Dijo y siguió buscando ropa.

- Por cierto, gracias por combatir por mí en ese ridículo combate.

- No tienes que agradecer, sabes que lo hice por amor, además es imposible explicar el pensar que te lastimen.

P.O.V. Escarleth.

La verdad yo si puedo pensar que alguien lo lastime, tal vez soy una mala persona por pensar eso, pero sería una solución para que me deje en paz.

- Cómo sea.

Dije sin interés, él tenía una cara triste mientras comía su sopa.

En realidad las casetas si estaban abiertas, pero le mentí, obviamente.

Vuelve, Ámame Y No Me Olvides.Where stories live. Discover now