- ¡Así que me avergüenzas!- Bebí un poco de vino para relajarse.

- ¿No te gusta recibir cumplidos?

- Claro que me gusta,es tan romántico, creo que el romanticismo  se quedó un poco anticuado.La gente hoy en día ya no hace eso. Es una pena, ¿no?

- ¡¿Estás hablando de tu marido? - me miró fijamente  y asentí. - Una belleza como la tuya siempre necesita ser elogiada y si tu marido idiota no lo hace, déjame hacerlo.

- ¿Cómo te gusta que te llame, Christopher o Chris?- Sonrió y se relajó en su silla.

- ¡De la manera que tu quieras!De todos modos me gustará!

- ¿Cuántos años tienes, Christopher?

- ¡28 años!¿Siempre eres así, curioso? - Tomé otro sorbo y pronto llegó nuestra cena.

- ¡Gracias!- el mesero se fue y la comida se veía deliciosa. - ¡Buen provecho!

Me puse un poco de comida en la boca y fue una explosión de sabores. Miré a Christopher que miraba mi boca sin vergüenza, miré hacia otro lado avergonzado y parece haberlo notado.

- ¿¿Entonces te gustó?

- ¡Delicioso!- Trago y bebo un poco de vino.

- ¡Estoy seguro que lo es!- me miró y noté motivos ocultos en esas palabras.

La cena estuvo deliciosa y también muy tensa para mí,él era intimidante y yo no estaba acostumbrado. Dijo pocas cosas y no parece gustarle hablar de él. Tan pronto como terminamos de cenar, se levantó y me ofreció su mano.

- ¡Ahora te llevaré a algún, nuestra noche apenas comienza - Miré su mano y la tomé.

El me miró y sonrió. Salimos del restaurante tomados de la mano y me di cuenta de que la gente nos miraban.Sin duda es un hombre que llama la atención donde quiera que vaya.  Estaba avergonzado y pronto subimos al auto. Condujo en silencio y miré su perfil. Era muy guapo.

- ¿Por qué me miras así?-  Habló de repente y me asusté un poco.

- ¿Por que estas tan callado?- Él sonrio.

- Soy así, reservado con las palabras. Me gusta hacer mucho más que hablar.! - El me miró. - ¿Te gusta bailar?

- Para ser honesto, no he estado en un club en mucho tiempo.

- ¡Hagamoslo entonces!

Se detuvo frente a un club nocturno y se veía muy lujoso. Salió del auto y luego me abrió la puerta y me tomó la mano. Entonces se acercó un hombre.

- ¡Buenas noches señor Velez!- Le dio la llave al hombre.

- ¡Cuidado con mi coche!

Entramos a la discoteca y me llevó con él. La gente lo miró y asintió. Creo que conocía muy bien ese lugar. Subimos las escaleras y luego entramos en una habitación.Todo era de cristal. Un lugar increíble, se podía ver toda la discoteca desde allí.

- Velez como estas?- un hombre joven entró en la habitación.

- ¿Como están las cosas, Allan?

- Muy bien, casa llena como puedes ver!- el hombre me miró  y miré hacia otro lado.

- ¡Excelente!¡Puedes salir y no quiero que me molesten!

- ¡Tú que mandas! - el hombre se fue y Christopher se acercó a tomar algo.

- ¡Conoces muy bien este lugar!

- ¡Sí, porque el lugar es mío! - Se acercó y me dio  una bebida.

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