− ¿Y cómo es eso?

−Ya sabes... obediencia −Comento despreocupada.

−Tina −Escucho un tono cariñoso.

− ¿Sí?

−Vete al demonio.

Me río.

No es lo que esperaba, pero estoy satisfecha.


Christine E.:

Caminamos por el pasillo con Gabi.

−Por cierto, fue una tarde aclaradora −Sonrío de medio lado. −Buena terapia.

− ¿Terapia? −Gabi frunce el ceño.

− ¿No lo era?

−No, yo te estaba hablando como amiga −Se ríe. −No estoy preparada para atender a Christine Edwards.

La miro de reojo, sonríe muy ufana.

−Estoy aburrida de ti. −Espeto.

− ¡Pero como te gustaría que fuese cierto! ¡No es así Edwards! −Gruñe. − ¡Volverías arrastrándote!

− ¡Ya quisieras! −me carcajeo con ganas.

(...)

Voy al piso de Tina, como si atrajera el desmadre veo la cabellera negra con raíces castañas de Ángela ser rodeada por una multitud de personas que hablan muy fuerte para este sagrado lugar, gritan, ríen y se abrazan ¿En este piso nadie trabaja o qué?

− ¡Qué significa esto! −Los reprendo.

¡No están acá para darse abracitos!

Todos enderezan la espalda como si les tirasen un barril de agua helada. Vuelven a lo suyo y Ángela me mira notoriamente pasmada.

− ¿Tú no puedes estar sin generar caos verdad? −Entrecierro los ojos, ella abre los suyos a tope y niega con la cabeza.

− ¡Solo venía a buscar a Tina para almorzar!

− ¡Tina tiene almuerzo acá! −Me indigno.

− ¿Ocurre algo? −Martina frunce el ceño apareciendo tras la puerta. Una preocupada morena mira por el espacio de la puerta hasta ver a Ángela, ambas se saludan afables.

− ¡Si! ¡Por qué no estás en tu puesto! − ¡El colmo!

−Es hora de comer señora explotadora Edwards. −Responde. Entrecerramos los ojos. −La mayoría de aquí ya se desocupó. −Me informa.

[...]

− ¡No me digas explotadora frente a todos! −Golpeo el escritorio.

− ¡Estaban todos en sus puestos mamá! ¡Nadie escuchó!

Me toco el entrecejo y miro mis dolores de cabeza.

− ¡No entiendo! −me toco la sien − ¡por qué siempre que pasa algo están ustedes! −Miro indignada a Tina, Ángela, Chloe y Sam. − ¿Sam? ¿Qué carajos haces acá? – ¡eras la esperanza de este grupejo! ¡De las otras tres no espero nada!

−Vengo a buscar a Chloe para almorzar− Responde.

− ¿Y Chloe? −Gruño.

−Me envió tía Gabi −Hace un puchero. −Dice que, si soy tan buena distractora y no dejo trabajar a los demás, que la venga a distraer a usted, que lo necesitaba. −Recita.

Mi Pareja Perfecta IVWhere stories live. Discover now