Uy, tal vez puede cantar para intentar atraerlas, así es como funciona en las películas de Disney, ¿no?

Comenzó a reír al tener ese pensamiento, froto sus manos con su rostro y al estar lista, apago el agua para tomar una toalla y salir del cubículo, encontrándose con Marlene quien tiene una toalla a su alrededor para tomar una ducha.

—Podríamos besarnos para romper la tensión —propuso Marlene de manera coqueta, provocando que Beryl ladeara su cabeza y mirará a su compañera con una ligera sonrisa divertida—. ¡Lo siento Beryl! Siempre digo puras babosadas —suspiró, caminando al cubículo dónde el agua ya esta corriendo—. Me meteré a bañar antes de que quede desnuda frente a ti y todo sea más vergonzoso.

Beryl rodó los ojos con una pequeña sonrisa ladeada y cambio la toalla por una bata para salir de nuevo a la habitación, dónde Lily se encuentra leyendo en su cama. Beryl se recostó, mirando el techo de su habitación y cerro sus ojos por unos segundos.

Es sábado, hace un lindo día afuera y no tiene amigos. Quizá podría ir a la biblioteca y encontrarse con Hope, la única persona a la que le habla sin tener que forzar una conversación; tal vez podría adelantar los deberes en pareja que McGonagall les había dejado, así no tendría que juntarse con Remus, a quien llevaba evitando desde la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, por que ahora más que nunca había confirmado que Remus gusta de ella.

En realidad, Beryl no podía entender por que Remus sentía atracción alguna por ella. Quizá si es un poco linda, al menos sabe tiene un rostro simétrico (ya se había tomado medidas con un cinta métrica), pero, ¿sentir atracción por ella? Le causa mucha intriga en realidad, ya que ella nunca se ha considerado una persona por la cual las demás personas se sientan atraídas. No es educada, ni amable, tampoco es carismática y simplemente no hay motivo alguno por el cual gustarle a alguien.

¿Qué es lo que Remus Lupin ve en ella? ¿Acaso será algún tipo de broma que él y sus amigos planean? No... Beryl no quiere creer eso por que Remus no es de ese tipo de persona.

Se sentó sobre la cama y observo como Lily ya no se encuentra en la habitación, aprovecho para cambiarse, eligiendo unos simples vaqueros negros deslavados, con una blusa de cuello gris y encima una sudadera con el logo de Hogwarts. Tomo un maletín en donde se encuentra todo lo necesario para pintar y tras colocarse unos viejos converse que anteriormente eran negros, salió de su habitación en busca de un lugar que le inspiré.

Muchas veces eso le había funcionado bien, caminar hasta encontrar un lugar que le haga sentir diversas emociones que pueda plasmar en su arte. Observó el cielo a través de los grandes ventanales y ladeó una pequeña sonrisa al reconocer a su lechuza Hades volar sobre el bosque prohibido; en algunas ocasiones sentía que le había hecho muy mal a su pobre lechuza el adquirirla, ya que al igual que ella, Hades parecía rechazar cualquier contacto con la vida.

Dejando de lado el pensamiento de su lechuza, Beryl se internó en los terrenos del castillo, sujetando su maletín con fuerza mientras baja la pequeña colina que le lleva a la cabaña del semigigante Hagrid. El huerto que tiene está repleto de calabazas y algunos pájaros huyen de ahí debido al espantapájaros que se encuentra justo en el centro. Rodeo el huerto hasta, quedar de espaldas de la entrada del bosque prohibido y encontrar un ángulo que permitía resaltar las grandes calabazas naranjas, dejando de fondo la pequeña cabaña del guardabosques, de la cual sale humo por la chimenea; sin pensarlo mucho, saco su caballete y un lienzo en blanco.

Pronto, los pensamientos de Beryl despejaron su mente, donde únicamente había concentración mientras tarareaba una melodía de Mozart; estaba tan concentrada, que ni siquiera noto cuando detrás de ellos, cuatro cabeza se asomaron entre los gruesos troncos de los árboles que dan por inicio el bosque prohibido.

OUTSIDER (r. lupin)Where stories live. Discover now