Capítulo 3

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Mi niñez fue muy alegre, rodeado de amigos y mi familia, pienso que eso era lo que un niño más deseaba en ese entonces.

Con 12 años, me di cuenta que no todo duraba para siempre.

Recuerdo todo como un vacío el amanecer del miércoles, como una sensación de que alguien faltaría.

El martes siguiente, Mangle no apareció, pensamos que habría enfermado o tenía tareas. Aunque siempre las hacía a tiempo. Los tres fuimos hacia su casa, con la intención de preguntar su ausencia.

Nuestros ojos miraban su casa, completamente perplejos.

Su casa estaba vacía, con un letrero de "Se vende" en el jardín.

Se había ido.

Bon no paraba de llorar, Bonnie y yo queríamos saber lo que había pasado. Preguntamos a nuestros padres si sabían algo...

Ninguna respuesta.

¿Qué habrá pasado?

[...]

Pasaron 5 años desde aquel entonces, Bonnie y Bon no querían olvidarla. Ellos querían sus cabellos diferentes, como el de Maggie, Bon se lo tiñó de turquesa, mientras que Bonnie de púrpura. Ahora teníamos colores raros, sigo preguntándome cómo sus padres les dejaron llevar esos colores.

Las cosas han cambiado mucho, mi gusto por la música está casi muerto y me siento la tercera rueda de esos dos. Aún así estoy en el Instituto de música junto con ellos. Se volvieron hábiles con las guitarras y son populares ahí. Tenemos una banda, pero, solo nos reunimos para conversar.

Y yo...

Bueno, no hay mucho que decir.

Estudiante promedio, con novia, con amigos.

Lo tengo todo, pero...

¿Por qué sigo sintiendo vacío en mí?

~

"¡MAGGIE WILLIAMS, SI ABANDONAS ESTA CASA, NI SE TE OCURRA REGRESAR!"-

Esas fueron las últimas palabras que escuché antes de cerrar la puerta de lo que era mi casa.

Había ahorrado lo suficiente y con ayuda de mi padre, que estaba a favor de cualquier cosa que hiciera (a escondidas de mi madre, claro está), conseguimos un departamento a precio cómodo para mí, cerca al Instituto de Música de aquella ciudad. Estaba eternamente agradecida con mi padre, con él tendré contacto, seguramente.

Bajé del autobús, con mis maletas y con el deseo de que aquellos niños que conocí en ese entonces sigan aquí todavía. Pasé cerca del Instituto, pero mi transferencia para asistir, sería dentro de una semana. Me daría tiempo para buscar un empleo, para poder mantener el precio del lugar.

Llegué al edificio, solicité mis llaves. Los nuevos vecinos me miraban raro, pero era lo normal. Subí hacia la 4ta planta, abrí la puerta de mi nuevo hogar, dejé mis maletas y me recosté en la cama.

Solo una semana más....

Para iniciar mis sueños.

Para hacer lo que me gusta.

Para recuperar lo que perdí.

Perfect Notes (FNAF)Where stories live. Discover now