[...]

Pude sentir como poco a poco voy recuperando la conciencia, sentía mis párpados demasiado pesados y también sentía mi cuerpo entumecido, que poco a poco empezó a dolerme, especialmente las piernas.

Cuando pude ver bien mi estado actual, me di cuenta de que algo andaba mal, ¡¿que carajos estoy haciendo en un hospital?! Entré en pánico, me intenté levantar pero fue bastante doloroso y muy molesto, sentí que estaba completamente inmóvil.

—Sufriste un atropello— Alguien entra a la habitación, un doctor. —Por suerte no fue nada grave, solo raspones y moretones, no hay señales de huesos rotos.

—¿Q-Que hora es?— Pregunté.

—Son las cuatro de la mañana— Dijo mientras revisaba el reloj en su muñeca.

—¡T-Tengo que regresar a mi casa ahora!— Trato de levantarme, pero el dolor me detiene.

—Oye, tranquilo, no te esfuerces, podrías abrir tus heridas.

—¡Tengo que ir! ¡Tengo que verla!— Sigo tratando de levantarme.

—Te traeré agua y llamaré a tus padres— El doctor sale de la habitación.

Estoy solo nuevamente, quizás este sea mi oportunidad para escapar y seguir mi camino hacia mi casa. No tenía que seguir perdiendo el tiempo, ya han pasado muchísimas horas desde la última vez que vi a Miku, no se de su estado, ni se si aun está en la casa o ya desapareció completamente.

No puedo moverme, mover mis piernas es doloroso, no quiero que toda mi historia con Miku termine así.

Por favor, Dios... Solo dame un poco más de fuerza, un poco más de tiempo...

¡No te rindas!— Repentinamente, una voz femenina desconocida golpea mis oídos.

Abrí los ojos de sorpresa, y me di cuenta de que ya no estaba en el hospital, estaba en un plano por así decirlo, todo estaba completamente en blanco, solo podía verme a mi mismo, y mi dolor había desaparecido.

¡No te rindas!— La misma voz se vuelve a escuchar.

Miré hacia todas las direcciones para ver el origen de aquella voz, y al mirar detras de mi, pude ver cuatro siluetas unas al lado de las otras, todas diferentes. Una tenía un cabello demasiado corto, otra tenía su cabello amarrado con lo que parece ser moños de mariposas, una tenía un curioso moño amarrado a su cabello haciendo que parezca un conejo y la otra poseía un mechoncito saliendo de los más alto de su cabeza.

La del moño de conejo se acerca a mi, revelando su apariencia.

—¿Y-Yotsuba...?— Definitivamente era ella.

¡No te rindas! ¡Aún tienes que despedirte de Miku!— Ella se para delante de mí.

—P-Pero...

¡Callate!— Ahora la silueta de los moños de mariposas de acerca a mi, Nino. —¡No me agradas! ¡Pero quiero que mi hermana sea feliz, así que levántate y anda con ella!.

—N-Nino...

Miku ha pasado una vida difícil, pero tu haz hecho que olvidara toda su desgracia, aun debe darte las gracias, ve con ella, por favor— La del cabello corto es quien habla mientras también se acerca, Ichika.

Muchas gracias por cuidar a Miku todo este tiempo, y ahora te pido que por favor cuides a Raiha-Chan por mi...— La del mechoncito se acerca, Itsuki.

—Yo... ¿E-Eh?— Antes de hablar, me di cuenta de que había regresado a la habitación.

Apreté los puños y los dientes, y con todas mis fuerzas me intenté levantar de la cama, y con muchísimo esfuerzo pude lograrlo.

Amor sin Materia. [Miku Nakano X Tu]Where stories live. Discover now