𝐔𝐍𝐀 𝐒𝐄𝐍𝐒𝐀𝐂𝐈Ó𝐍 𝐃𝐄 𝐄𝐍𝐓𝐔𝐌𝐄𝐂𝐈𝐌𝐈𝐄𝐍𝐓𝐎. | ˣⁱᶜʰᵉⁿᵍ

♡̸᩠ O9.

Pasaron algunas semanas y la vida en Lotus Pier siguió siendo lo más normal posible.

Al principio, los remanentes Wen fueron tratados con sospecha, pero Jiang Cheng se alegró cuando sus discípulos y la gente de su pueblo entendieron rápidamente que solo eran víctimas de la guerra y necesitaban un lugar para quedarse. Además, los Wens, trabajaron duro para ganarse los favores de su gente. Las mujeres limpiaban, cocinaban y cuidaban de los numerosos huérfanos mientras los hombres ayudaban con la reconstrucción tanto como podían. Wen Qing era aterradora cuando alguien resultaba herido, pero la Secta aprendió a respetar al médico genio que protegía seriamente a su familia y pacientes.

Jiang Cheng dejó escapar un suspiro de alivio cuando vio a su gente y a los Wens coexistir sin problemas. Podrían tener un futuro. Ojalá.

Jiang Cheng no había recibido muchas noticias de la Torre Koi, la situación aún le preocupaba, pero las cartas de su hermana le aseguraban que ningún ejército marcharía a Lotus Pier en el corto plazo. Para tranquilizarlo, Nie Huaisang le susurró furtivamente que hasta que Nie Mingjue estuviera allí, Jin Guangshan no se atrevería a ser imprudente. Jiang Cheng le creyó.

Lan Xichen fue el ancla de Jiang Cheng durante estos tiempos de ansiedad. Su amistad floreció con sus pequeñas charlas, ambos apreciando el hecho de que no necesitaban ser líderes de secta cuando estaban juntos. Era fácil olvidar sus problemas cuando compartían historias sobre sus lugares de origen, de días más felices... ninguno de los dos deseaba hablar de los problemas políticos que los rodeaban. Cuando estaban solos, solo eran Lan Xichen y Jiang Wanyin. Jiang Cheng se sintió más feliz de lo que se había sentido en años.

Jiang Cheng se avergonzó de admitir que su té de la tarde con Lan Xichen era su parte favorita del día.

Pero no todo fue flores y paz. También hubo problemas.

Justo cuando su relación con Lan Xichen mejoró, Jiang Cheng y Wei Wuxian solo empeoraron. Siempre estaban tensos y apenas podían permanecer juntos en una habitación antes de que uno de ellos explotara. Estaban demasiado orgullosos para disculparse, pero Jiang Cheng le dolía cada vez que terminaban peleando. Deseaba saber qué podía hacer para reparar su relación, pero no tenía ni idea. Y cuando no sabía qué hacer, deja que su ira tome el control.

—¡A-niang!— Jiang Cheng sacó de sus pensamientos cuando un pequeño tornado de color púrpura se conectó con su pierna. Su rostro se suavizó cuando la sonrisa de A-Yuan brilló y pareció iluminar la habitación.

El morado se veía bien en A-Yuan, definitivamente mejor que los trapos que había usado antes.

Jiang Cheng no tenía idea de cómo abordar la crianza de los hijos, había tenido tanto miedo al principio que no quería dejar sus problemas en un niño tan pequeño, problemas que no eran culpa de A-Yuan. Incluso había pensado en dejar a A-Yuan al cuidado de Wei Wuxian mientras ordenaba sus pensamientos, tratando de entender qué significaba el niño pequeño para él. Wei Wuxian y Lan Wangji eran los padres de A-Yuan en cualquier cosa menos en sangre (incluso si no estaba seguro de que Lan Wangji lo supiera) y Jiang Cheng se sentía mal empujándose entre ellos. No sabía si amaba siquiera al niño, ¿qué derecho tenía a entrometerse en ese tipo de relación?

Mientras pasaba días torturándose a sí mismo con esos pensamientos, rápidamente se dio cuenta de que A-Yuan tenía planes completamente diferentes.

Desde el día en que Jiang Cheng reveló el hecho de que él era su a-niang, A-Yuan hizo su misión de seguir a Jiang Cheng como un cachorro perdido, haciéndole preguntas sobre preguntas que Jiang Cheng tenía dificultades para responder y por lo general balbuceaba algunas tonterías que su hijo realmente creía. Todos pensaron que era adorable, Jiang Cheng temía que inadvertidamente lastimara a su hijo con su lengua afilada. No tenía idea de qué llevó al niño a buscarlo, pero hizo todo lo posible por ser complaciente.