El oficial Bieber ➵ j.b

05. ¿¡Qué mierda haces aquí!?

Bajé del taxi aún con furia y entré a mi casa. Cerré la puerta de un portazo, tenía ganas de matar a Justin.

-¿Kourtney? -Preguntó la voz asustada de Sarah desde algún lado.

-Sí, ya he llegado, perdón por asustarte. -Dije cuando la vi salir de la cocina. Ahí es de donde venía la voz.

-¿Qué te sucede? ¿Dónde has estado? -Y aquí vamos con el cuestionario de Sarah Alek.

-Estuve con Justin, en su casa.

-Oh dios. ¿Han follado? -Sonrió.

-Sí. -La miré fulminándola.

-¿Es bueno?

-Demasiado. -Reí. No tenía otra opción, Sarah era imposible.

-Y dime, ¿Por qué esa cara?

-El muy hijo de su madre está comprometido.

-¿¡Cómo!?

-Está comprometido. Se ha aparecido su mujer en su casa.

-¿Se apareció mientras estaban teniendo sexo?

-No idiota. Por suerte.

-Así que se guardó el anillo.

-Sí. -Dije enfadada. -No quiero verlo nunca más.

-Si sigues viéndolo quedarás como una zorra.

-Ya he quedado como una zorra Zarah. Gracias por la ayuda. -Respondí enfadada y me dirigí a mi habitación.

Dejé todo sobre mi cama y puse mi celular a cargar. Me quité toda la ropa y me dirigí al baño. Necesitaba una ducha.

Abrí el grifo de agua caliente y cuando se templó, me metí.

Me pasé las manos por el cuerpo, y como soy tan masoquista, comencé a imaginarme al oficial Bieber recorriéndome todo el cuerpo con sus grandes manos, su boca tan besable, carnosa, rosada, y...

-Kourtney. -Interrumpió Sarah mi ensoñación erótica.

-¿Qué quieres?

-No quise decir eso, perdón.

-No quiero escuchar más estupideces. -Dije.

-Bueno, perdón, te espero en la cocina para hablar.

-Está bien.

Al cabo de diez minutos ya me encontraba vistiéndome con un conjunto deportivo. Salir a trotar un rato para despejar mi mente no me vendría mal.

Terminé de prepararme y salí de la habitación.

-¿Quieres desayunar? -Me preguntó Sarah.

-No, gracias, ya he desayunado.

-Bueno. ¿Irás a corres? Yo pensé que hablaríamos del ofi...

-No quiero hablar de él. Y si, iré a correr. ¿Quieres venir conmigo?

-Sí quiero, espérame cinco minutos que me cambio y estoy aquí nuevamente.

-Bueno. -Respondí y salió disparada a su habitación.

{...}

-Y cuéntame la razón por la que te fuiste tan nerviosa ayer. -Dije mientras trotábamos por el Central Park.

-Porque salí con el chico que conocí, pero estaba nerviosa. -Río.

-¿Es el mismo con el que estabas follando?

-Sí, es el mismo. Es tan perfecto que no te lo puedes imaginar. -Dijo y sonreí feliz por ella.

-Tienes que invitarlo a casa algún día, quiero conocerlo.