— No — Alfonso se pone en pie y empieza a negar con la cabeza.

Por la puerta del jardín entran Eros, Enzo, Lucía y Lola. Van riendo y charlando. Lola está espectacular como siempre. Y esa euforia que siempre siento se instala ya en mi parte baja. ¡No aguanto ni dos segundos en su presencia sin sentirme un adolescente salido!

— ¿Qué le pasa? — Enzo se sienta en el césped señalando a Alfonso.

— Tu padre que es un liante. — Alfonso lo dice nervioso mientras da vueltas alrededor de un sillón.

— Pero si yo no he dicho nada todavía. No sabes lo que estoy pensando — Carlos se defiende. Pero yo le conozco y sé que la va a liar.

— No hace falta que lo digas — le señala con el dedo — todos aquí te conocen y saben que nada bueno puede salir de esa cabecita loca que tienes. En el colegio siempre me metías en líos.

— No mientas — grita Carlos — Te metías en líos tú solito.

Alfonso va a replicarle, pero le sujeto y le pido que se tranquilice con un gesto.

— ¿Se puede saber cuál la idea que tenías en mente y que no quieren escuchar? — Lolita como siempre metiéndose en todos los fregaos ¡Esa es mi niña!

— Rebeca, la ex o lo que sea de Alfon, está haciendo que los clientes de él anulen sus encargos ya cerrados...

— No estoy seguro de que sea ella ¡Joder! — Alfonso se coge la cabeza con las manos mientras intenta no gritar — He dicho que tengo la mosca detrás de la oreja, nada más.

— Lo dicho — Carlos le señala — Una cerda. El caso es que he buscado la información de su marido — le enseña la pantalla a los chicos que miran atentos, todos, incluida Lucía, que está divirtiéndose mucho con esto. — Y resulta que esta tarde dan una fiesta.

— ¿Y? — Lola mueve las manos para que continue.

— Y ya está, no he dicho nada más y Alfonso se ha puesto así.

— ¿Sabemos el catering que van a tener en la fiesta? — Eros, que es un cabroncete como su padre ya está maquinando, porque conociéndole, ha pillado la idea de su padre. Todos la hemos pillado.

— ¿Queréis colaros en la fiesta, coger a la perra por banda y amenazarla? – mi sobrina ha salido a mi hermana. Lo tengo claro.

— ¡Lucía! — le digo alterado — no uses esos calificativos.

— ¿Por qué? Mira cómo está el tío por su culpa, es un zombi — Lola se ríe y al mirarme se calla de golpe y se tapa la boca.

— ¿Perdona? No estoy tan mal. — Todo miramos a Alfonso — bueno quizá un poco.

— Vale, es la Chalota Catering — Suelta Enzo de repente.

— Wow se dejan pasta esos cabrones — Eros le responde mientras los demás los miramos un poco incrédulos. — Pero podemos hacernos pasar por sus camareros. Sus uniformes son básicos negros. No se lo curran mucho y los mandiles los podemos coger allí.

— He dicho que no vamos a hacer esta mierda. No, no, no. — Alfonso niega con la cabeza.

— Alfonso — Lola se le acerca y le sujeta de los brazos — Tienes que salir de este bache y sabes que no debes permitir a ninguna mujer, no solo reírse de ti, si no que encima juegue con tu futuro. Vamos a ir allí, la vas a encarar y le vamos a cantar las cuarenta. Después, si están por allí algunos de tus clientes perdidos, los vamos a recuperar. ¿Me oyes? — Todos miramos la escena como gilipollas, Alfonso mira fijamente a mi chica y le asiente con la cabeza. ¡Le asiente con la cabeza! Estamos perdidos.

Enséñame a volarWhere stories live. Discover now