ES BELLO, ES AMOR

Me besa. Me susurra palabras al oído, delicias. Me sonríe, noto sus suspiros. Estamos en la cama abrazados. Cierro los ojos. Inspiro. Saboreo este momento. Le quiero y se lo hago saber. Le beso. Me besa. Cada vez más intenso, cada vez más fugaz. Se van mezclando besos, palabras, caricias, sentimientos. Se pierden, se evaporan en nuestros suspiros, en sus dedos que recorren mi cuerpo, que juegan con mi pelo. Va tocando mi espalda, como si fuera algún instrumento que sólo funciona con amor, con palabras sinceras lanzadas al aire, respuestas con un gesto. Se mojan nuestros labios, se mezclan nuestros cuerpos. Poco a poco lo que eran palabras se convierten en más que eso. Y lo que era amor se va sellando. Los corazones se ponen de acuerdo y empiezan a latir, frenéticos, al ritmo de un compás que sólo nosotros entendemos. Los suspiros acompañan ese coro que completan los dedos que siguen jugando a querernos. Le acaricio la cara y él, buscando mi cuello lo besa impregnándose de esta colonia mía que lentamente se va evaporando en el aire. Me voy perdiendo en un mundo donde sólo existimos nosotros, uno solo. No pienso en nada más, sólo sé cierto que le quiero y que este momento no quiero que acabe. Empieza a bajar, buscando notas más agudas de este piano, mi cuerpo. Y noto que todo es una locura, pero me da igual. No puede estar pasando, no es real. Es un sueño demasiado bonito: él y yo. Y noto que nos fundimos, que nuestros cuerpos se van encendiendo de pasión y se mezclan el jugo de su cuerpo con el mío. Es una sensación extraña, pero preciosa. Somos uno y nadie lo puede impedir. Es dulzura, es cariño, es ternura, es pasión, es compartir, es bello... en fin, es amor.