Epílogo

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CONNOR:




—Por favor, díganme que eso es sharpie —mascullo cuando una diminuta mano cae sobre mi antebrazo para sostener su regordete cuerpo. Un minúsculo corazón negro está dibujado en el dorso de su mano.

—Papi —detengo la bobina cuando su cabeza llena de rizos castaños se inclina sobre mi brazo. Le digo al cliente que tomemos un descanso y él accede diciendo que necesita usar el baño.

—Por supuesto que no es real, jefe. Ella solo quería parecerse a su papi —dice Cata, tratando de llegar a Lorna para llevársela pero ella le frunce su pequeño ceño, negándose a soltarme. Sonrío ante ese gesto—. Bien, mini jefa, no te molestes conmigo, pero debes dejar a tu papi trabajar

—No, quiero a papi —niega con su cabeza, enviando sus alborotados rizos sobre sus ojos porque Teagan se niega a cortarlos y Lorna tiene la tendencia de su madre de perder cosas, por lo que los broches que Teagan le puso esta mañana para apartar el cabello de sus ojos desaparecieron en el transcurso del día.

—Oh, ya llegamos a esa parte del día donde Lorn-een se pone mimada —se burla Rafe desde su lugar donde tatúa a una chica que se la ha pasado lanzando indirectas sobre vivir sola y estar aburrida esta noche.

Lorna hace un puchero y me mira con sus grandes ojos verdes. Veo el reloj de la pared y suspiro. Es cerca de su hora de dormir, normalmente ya estaríamos en casa esperando a Teagan, pero hoy tuve demasiado trabajo y me atrasé.

Con el paso de estos tres años y bajo la protección de Smith, la tienda tuvo más clientes y me asocié con Cata para usar una parte de la tienda para la venta de la ropa que ella misma diseña y hace, así tenemos los suficientes ingresos para mantenernos los tres y a la chica que Cata consiguió para apoyarla en la recepción después de que Courtney se graduó y Teagan consiguió un trabajo real.

Al principio Teagan trabajaba con nosotros y cuidaba de Lorna al mismo tiempo, pero ahora debo hacerme cargo y Rafe o Cata la vigilan cuando estoy ocupado.

La tomo en brazos, levantándome del taburete y ella inmediatamente recarga su cabeza en mi hombro. El cliente regresa del baño y le indico que se acomode mientras voy a la recepción por uno de los muchos cuentos que Teagan guardó ahí para ella.

—Hagamos un trato, ricitos de cobre —hago cosquillas en su abdomen y ella suelta una risita—. Vas a contarnos un cuento a mí y a Hal, y después te contaré dos cuentos cuando lleguemos a casa, ¿te parece?

Arrastro uno de los taburetes pequeños donde ella podrá recostarse a mi lado mientras termino el trabajo al que solo le faltan unos minutos más.

— ¡Es un buen trato, sobrina! Acéptalo —grita Rafe por encima del ruido de la bobina.

—Creo que lo tienes controlado, jefe, así que iré a casa —ríe Cata despidiéndose. Murmuro un agradecimiento por quedarse hasta más tarde y ella toma sus cosas, lanzándole un beso a Lorna—. ¡Adiós, muñeca!

Ruedo mis ojos mientras Lorna ríe. Teagan hoy la vistió con un overol de mezclilla y una blusa de rayas roja junto a unos converse del mismo color que hizo que en automático Cata la asociara con un muñeco diabólico y terminó por llamarla "muñeca" durante todo el día.

— ¿Entonces nos contarás un cuento, ricitos de cobre? —insisto, usando el apodo que molesta a Teagan porque dice que la hago ver como una versión pobre de ricitos de oro. Dejo a Lorna sobre el taburete y ella se sonroja cuando Hal le sonríe, pero toma el libro y choca su puño con el mío, aceptando el trato—. Bien, te escuchamos

Caótico Pasado (#1 Trilogía Vidas Tormentosas)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora