los mellizos Díaz llegan a los Ángeles California exactamente a Reseda ya que no contaban con el dinero suficiente para vivir en las colinas.
encontraron junto a su madre y su yaya unos pequeños departamentos allí. Un día cuando ambos hermanos salie...
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saluden– ordenó Johnny –posición de combate. Estabilízate, Halcón – dijo golpeando la pierna de este –mantén el equilibrio, rota al golpear–
–Si, Sensei– dijo Halcón.
En eso Johnny hizo como que iba a golpear a un chico y este retrocedió.
–¿temblaste, virgen?– se burlo el sensei –mierda, estamos llenos de miedosos–
–¡si, sensei!– dijeron todos.
Excepto Miguel y sofia.
–¡no era una pregunta!– grito Johnny –levanten las manos si nunca les pegaron en la cara–
Casi la mitad de la clase la levanto incluyendo a Halcón.
–bajen las manos– ordenó Johnny –toda la vida han evitado peleas para no romperse la nariz ni perder un diente. Por la estupidez de lastimarse, así que solo hay una solución: antes de irse del Dojo, todos recibirán un fuerte golpe en la cara–
–señoritas Robinson, Díaz preparenlos– ordenó Johnny a las dos mujeres presentes –les quitaremos el miedo–
–si, sensei– dijeron ambas.
Miguel miro a Aisha y a su hermana y les asintió.
–¡vamos!– ordenó sofia.
Todos se pusieron en filas, sofia los golpeaba, incluso algunos le sangraba la nariz, así fue hasta el turno de Halcón.
–amor, prometo no dañar tu lindo rostro– dijo burlona.
–con una sesión de besos se me quitara el dolor preciosa– dijo este preparándose mientras sonreía.
Sofia lo golpeó con el codo en la nariz.
–¿Que tal si vamos a tu casa?– pregunto esta parandolo del piso.
–Sofia Diaz que atrevida– dijo este alzando las cejas.
–callate, lo digo por que quiero que veamos harry potter– dijo está besando cortamente los labios de Halcón.
Este asintió sonriendo.
–¡sofia!– grito Miguel desde la oficina.
Esta entró con las cejas alzadas.
–le decía al sensei que quiero invitar a Sam a salir– explicó Miguel –pero no se donde llevarla ni se como–
–¿no sabes? ¿Que hay que pensar? Es sexy y todo lo demas– dijo Johnny.
–bueno, si, pero ¿y si dice que no?– dijo Miguel.
–Sam es mi amiga, eh visto como te mira– dijo sofia poniendo una cara pervertida.
