T2: Chapter Three

Start from the beginning
                                    

—¿Aidan no vendrá?— mi madre pregunta.

—En unos minutos llegará, ¿Quieres de piña o Pepperoni?

— Pepperoni, sabes que la de piña no me gusta. Te quería preguntar si nos podrías llevar con... Tu padre.

Dejo caer la pizza sobre su plato y la miro.

—¿Que?

—Yo hable con el hace unos días y me dijo que quería conocer a Desiree.

Le paso su plato, yo me quedo en silencio mientras sirvo mis dos pedazos.

— Me imagino que no te gustara para nada lo que te voy a decir pero él y yo estamos viendo si... Regresamos.

Genial, me arruino el momento.

— Ni lo creas, no dejaré que vuelvas a hacerle lo mismo. No no, ¡No! Mamá date cuenta que tú y el no cuadran, el ya es feliz con alguien más—  sus ojos comienzan a aguadarse pero eso no me causa lástima. — Tu también puedes ser feliz, solo espera y la persona correcta llegará. No entiendo cuál es la necesidad de querer iniciar de cero, desde que cumplí los dieciséis comenzaron con sus peleas, desde ahí me di cuenta que lo suyo acabaría mal y así fue. Me veré cómo la mala de la película, pero no. No quiero que ustedes dos vuelvan y si lo hacen, olvidense que tienen una hija. Entiendan de una vez por todas, los dos se hacen daño. En ustedes no hubo amor, mamá. Solo lo hicieron con tal de dar un "buen ejemplo" ante su hija. Porfavor entiendolo tú, aunque sea tú.

Le paso la servilleta para que limpie sus lágrimas. La pequeña abraza a su madre al verla llorar, como lo hacía yo de niña cada que la veía llorar.

—Yo me iré a cenar a mi habitación, buenas noches. —agarro mi plato y voy directo a mi habitación.

•••

La puerta se abre sacándome de mis pensamientos, es Aidan. Se quita los zapatos y los deja a un lado cerca del baño.

Me mira.

—¿Esta todo bien? Creí que me esperarían para cenar, pero abajo no había nadie.

—Lo siento, solo se interpuso algo. ¿Como te fue?

—¿Aún quedó pizza?— Por alguna razón evadió mi pregunta.

— Si, estan en el horno, ¿Te podrías llevar mi plato? Tengo hueva y no quiero bajar. — Me estiro en la cama.

El agarra el plato y sale de la habitación, miro el techo de la habitación. Cierro mis ojos, estar en casa ya me tiene de mal humor, me gustaría irme de vacaciones para siempre y no tener que hacer nada más ya. Lastimosamente aún no son mis vacaciones, me faltan como uno o dos meses y salgo, la suerte de Aidan es que por ser jefe puede decidir qué día ir o y que día no.

Entra de nuevo a la habitación, el colchón se unde cuando el se sienta, enciende la televisión. Pasa un par de canales y hasta que se queda en uno, fútbol.

Me giró a verlo.

— Quiero irme de viaje.

Me habla aún sin despegar la vista de la televisión, —¿A donde?

—¿Has escuchado de tikal?

—El nombre se me hace conocido.

—Un lugar turístico en Guatemala.

—¿Esta ubicado en la selva de ahí creo?

Asiento. Me mira y deja su plato sobre la mesa.

—¿Quieres ir ahí para las vacaciones?

— Si. En Facebook encontré una página de turistas y uno de los lugares que visitaron fue ahí, me llamo la atención aparte vi los precios y están muy buenos. Podríamos aprovechar.

— Investiguemos más y veremos si vamos.

Nos pusimos a investigar sobre el lugar. De tanto buscar nos quedamos dormidos abrazados. A la mañana siguiente la luz me despertó, me pegaba directo en la cara. Hice una mueca y me acomodo apoyándome sobre mis codos, vi a Aidan a mi lado. Estaba acostado cómodamente mientras abrazaba la almohada.

Entrando a la cocina veo a mi madre, me escondo detrás de la puerta y escucho lo que habla a través de su celular.

— Tomas, no quiero alejarme de mi hija. No otra vez, me costó demasiado a que ella me aceptara, aparte acabas de terminar con Nidia solo por querer volver conmigo — No entiendo, ¿Mi padre le está rogando que ella vuelva con el? Ay papá, eso no fue lo que hablamos. — Puedes enojarte conmigo si quieres pero no, no volveremos. Nuestra hija tiene razón, debemos superar lo nuestro.

Sonrió inconscientemente al escuchar eso, mi mamá por fin hace caso a mis palabras. Ella sabe que yo digo la verdad, aunque sea en esta situación.

Me adentro a la cocina, me mira y rápido cuelga el móvil, se pone pálida.

Camino hacia ella y la abrazo. — Te quiero, me alegro que al fin cada uno se den su lugar y se den cuenta de las cosas, bueno al menos tú lo hiciste.

Lɑ ex de ɑidɑn GɑllɑgherWhere stories live. Discover now