Al ritmo de un reencuentro [CANCELADA]

Prefacio

Se dice que el destino es una especie de fuerza sobrenatural, capaz de actuar sobre los seres humanos y, por lo tanto, su vida. Es decir, todo aquello que nos ocurre a lo largo de nuestra existencia estaría definido por una sucesión de acontecimientos ya previstos y de los que no se puede escapar.

El destino es tanto imprevisible como inevitable.

Puedes tratar de cambiar tu destino o huir de él, pero siempre ten por seguro que se saldrá con la suya.

El destino interviene en la búsqueda del amor con frecuencia. Los afortunados son, comúnmente, los que confían en su instinto para encontrar a la pareja para la que estaban destinados desde un principio, pero el amor es complicado.

Dos personas pueden enamorarse al mismo tiempo o en diferentes momentos. Puedes haber intentado una relación con mil personas y que sientas que ninguna es para ti o, también, estar con una persona y sentir que es el amor de tu vida.

¿En verdad crees que las personas están destinadas a estar juntas o es solamente una superstición?

¿Conocer a una persona es una casualidad?

¿Será que el destino pone los medios para que dos personas se conozcan?

¿Quiere decir que estoy destinada a estar con alguien de por vida?

¿Cómo sabré que encontré a mi alma gemela si el destino no da señales, no te avisa ni te advierte? Solo ocurre.

Quizá no pueda hablar por todos, pero al menos a mí me parece algo posible, algo que cualquiera puede ser capaz de experimentar y que se puede volver real si así lo desea.

Permíteme contarte mi historia, o más bien nuestra historia...

Mi nombre es Rachele D'Amico. A juzgar por mi apellido puedes apostar que tengo ascendencia italiana. Nací el 9 de septiembre del año 1997 en un pueblo llamado Varenna. Este queda en la orilla del lago de Como en la provincia de Lecco, región de Lombardía, ubicada al norte de Italia.

Puedo decir que cuento con una familia maravillosa conformada por mis padres, además de mis dos hermanos mayores. Piero es dos años mayor que yo y Mellea siete.

Mis padres siempre han sido personas honestas y trabajadoras que se encargaban de criar a sus tres hijos a sus posibilidades. Ellos tuvieron dificultades conmigo desde la infancia. Desde los tres años aproximadamente, solía hacer muchas travesuras y eso les causaba muchos problemas.

Pero eso no era todo, al entrar a la educación media o secundaria inferior, notaron que no me esforzaba para nada, solo recibían quejas mías en la escuela y no sólo eso, llegué a reprobar un año. Mis padres fueron muy pacientes conmigo, pero tuvieron que hacer algo para que pusiera los pies sobre la tierra, es algo que en su momento me molestó bastante pero hoy en día me parece que fue la mejor decisión.

Al terminar la educación media, mis padres optaron por que deje la casa. Si, así como lo leíste. Mi abuela no estaba de acuerdo del todo porque era muy joven, era solo una niña de catorce años. Yo tampoco apoyaba la idea, pero ¿qué podía hacer?