Capitulo 1: He pecado

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-"Ave María Purísima"- Dijo el Viejo Sacerdote saludando al mas joven de los Madrigal, quien había ido a confesarse; mientras este se persignaba, el joven Bruno respondió al Padre -"Sin pecado concebida"-. Tanto el Sacerdote como el joven Bruno se vieron a los ojos por un instante, de pronto Bruno inclino la mirada y con voz quebradiza dijo -"Padre, vengo a confesarme porque he pecado"-. El Sacerdote lo miro de pies a cabeza intentando adivinar la suerte del joven y procedió a preguntar -"Cuéntame hijo mío, ¿Cuándo fue la ultima vez que te confesaste? y además, ¿En que pecado has incurrido?"-.  El joven con un ligero movimiento de cabeza de forma horizontal,  parecía negar la pregunta o desconocer la respuesta, con los labios secos y partidos exhalo -"La verdad Padre, ni yo mismo recuerdo cuando fue la ultima vez que me confesé"- apenado y con vergüenza de ver la inmutable mirada de desaprobación del Sacerdote, continuo diciendo -"Creo que he pecado de envidia, Padre. Todo este tiempo he mirado con tristeza como le va bien a las personas de mi alrededor mientras a mi se me hace a un lado, me siento excluido de las personas y no se porque. Entiendo que le de miedo a la gente mi Don pero no creo que sea malo en verdad"-. Interrumpiendo de forma abrupta el Sacerdote respondió de forma severa -"Tu sabes muy bien que ver el futuro es algo que solo Dios debe hacer, Bruno. Además a diferencia de ti, yo si recuerdo la ultima vez que viniste a confesarte; no solo habías pecado de envidia por la felicidad del pueblo, sino también de pereza por no encontrar un trabajo, ah y también de soberbia por querer que tu familia en lugar de ayudar al pueblo como tan generosamente hace tu madre, prefieras tener antes tu su atención que las personas de aquí. ¿Y luego todavía hablas del pueblo como si no fueras parte de el?"-. Bruno por su parte había quedado quieto al comienzo, pero al escuchar de su madre levanto la mirada con los ojos brillosos y al escuchar la pregunta final no pudo hacer mas que exhalar con pesar y responder sin pensar -"Es que no soy parte del pueblo, ni siquiera se me tiene en consideración. He ido con todos los vecinos de la comunidad a pedir trabajo pero nadie quiere aceptarme. ¿Qué debo hacer si...?"-, a lo que el Sacerdote nuevamente interrumpió diciendo -"¡Lo que debes hacer es dejar de buscar excusas!"-. Bruno asustado volvió a retraer la mirada y atento escucho al Sacerdote decir mas tranquilo -"Mira Bruno, ya he sido Padre de este pueblo por mucho tiempo, no se cuanto tiempo mas me quede antes que el Señor me lleve a su lado en su santa gloria. Ciertamente recuerdo el día en que obtuviste tu Don, aun con mayor felicidad recuerdo el día en que hiciste tu primera comunión y te confesaste por primera vez, dime ¿tu también?, eras tan pequeño, un niño obsesionado con las visiones, recuerdo que antes de la confirmación, en tu primera confesión, me dijiste que habías hecho una visión para molestar a la hija de los señores pezmuerto, asegurando que viste que el pez de la niña moriría y en efecto murió. Eras muy introvertido y tu alejabas a las personas y, bueno las que se acercaban les decías cosas horribles de su futuro. El pueblo no tiene muy buen concepto tuyo y lo sabes, pero no es momento de buscar excusas. El día de mañana que yo este a la diestra del Señor, y el joven monaguillo que me ayuda, resulte estar de Cura me encantaría ver el pueblo desde el cielo y verte convertido en un hombre de bien. Solo debes esforzarte mas."- Al terminar, el Sacerdote sentencio diciendo -"Si quieres que el pueblo te acepte acércate a ellos y vuélvete su amigo y veras como pronto las cosas saldrán bien y ya no vendrás con el nuevo Padre a confesarte de sentirte perturbado o lastimado, como tantos años llevas viniendo conmigo a decirme que te sientes así"-. Bruno cabizbajo respondió -"Ya lo he intentado, pero si gusta podría intentarlo otra vez"-. El Sacerdote contesto -"Lo harás. ¿Hiciste los 2 Padres Nuestros y 3 Aves Marías que te dije la otra vez?"-. Bruno fingió no recordar, pues sabia muy bien que al decir que no, el Padre se enojaría mas y eso era lo que menos quería; pues hace mucho tiempo había dejado de creer que repetir la misma oración sirviese de algo. El Padre así mismo le termino de dar su consejo y paso a dar su penitencia por el pecado incurrido -"Tu penitencia es de 5 Aves Marías y un Padre Nuestro"-. Bruno afligido se levanto del asiento y antes de que saliera, el padre le llamo para decirle unas palabras finales -"Hijo, recuerda que la envidia se vence por medio del agradecimiento. Da gracias a Dios por lo que tienes, una buena familia, una gran casa y un Don que aunque no sirva mucho de seguro, el Señor seguro te lo dio por una buena razón"-. A lo que Bruno respondió -"Espero que sea una muy buena razón... Gracias padre"- y salió de la Iglesia. 

Una vez fuera saludo al monaguillo y a los amigos de este que estaban en la Iglesia ayudando a reparar un ventanal roto que había sido quebrado hacia poco tiempo por un Huracán que paso por Encanto. -"Hola chicos, ¿Qué tal?"- decía tembloroso mientras salía de la iglesia. Los niños no respondieron. Bruno para no hacer el silencio tan incomodo procedió a decir -"Vaya, esos ventanales si que son frágiles"-. Uno de los niños le dijo enojado -"Si no fuera por tu hermana Pepa que causo el huracán no estaríamos arreglando nada"-, Los demás niños le llamaron la atención de inmediato y le dijeron que no le hablara a Bruno. El joven Madrigal apenado solo se disculpo y se fue corriendo a su casa. -"No entiendo, ¿Por qué todos me dicen que no le hable a Bruno?"- Preguntaba el niño a sus amigos. -"Estas muy pequeño para entenderlo"- Decía el monaguillo -"pero nunca se le llama ni se le habla a Bruno porque cuando le hablas te da visiones horribles de tu futuro que casi siempre se cumplen"-. Otro de los chicos le replico diciendo -"Siempre se cumplen"-, a lo que el monaguillo reitero que casi siempre. -"¿Porque dices que casi siempre?"- dijo el niño. A lo que el monaguillo contesto -"Pues ya saben que me encanta peinarte de copete, pues cuando estaba mas pequeño, le hable a Bruno sobre como me gustaría tener el pelo de león algún día y el tuvo una visión al respecto"-. Los chicos se conmocionaron -"¿Enserio?¿Vio que tendrías una melena de león?¿Pero acaso no vio que tienes copete?"-. El monaguillo se rio mientras se hacia rizos con la mano -"No parces, el me dijo que me quedaría sin pelo y mírame bien"- decía entre risas mientras se tocaba semejante copete. 

La Familia MadrigalWhere stories live. Discover now