○ Capitulo IV ○

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VIVENCIAS (Parte 2)

Nos dirigimos al séptimo piso, el verle el cortísimo vestido y el profundo escote que tenía me encendió más de lo que ya estaba, así que cuando estuvimos dentro de la habitación la besé ansiosamente mientras me quitaba la chamarra y caminábamos al centro donde alcancé a ver una mesa, la doble ahí, con su cara sobre la superficie, subí desesperado el vestido y sonreí al ver que tenía puesto una tanga, me ahorraría unos preciados segundos, con la misma desesperación abrí mi pantalón para liberar mi erecto miembro, me coloqué el condón y debo reconocer que me porte bastante egoísta, porque no me importó saber que tan excitada estaba ella, lo único que quería era saciar mis ganas.

Le hice un lado la tanga y entre en ella con fuerza, emitió un gemido y pude percibir que no estaba muy mojada, pero seguí impulsándome mientras jadeaba, poco a poco ella fue mojándose más hasta que empecé a escuchar sus gemidos de placer, entonces, incrementé el ritmo de mis movimientos al tiempo que apretaba sus nalgas. No tarde mucho en llegar al orgasmo, así que mi grito fue casi bestial, después de terminar de salir completamente de ella, me quité el condón.

-¿Así que te gusta jugar rudo?-exclamó seria.

-Lo siento, no suelo ser así- dije y ella se echo a reír.

-Me gusta la rudeza, ¿Sabes?, era justo lo que necesitaba para divertirme esta noche.

-¿Con que te gusta la rudeza?, ¿Y que piensas hacerme ahora?

Me dedicó una sonrisa maquiavélica y se acerco a las cortinas, les quitó los cordones con los que estaban amarradas y después se acercó a mí, mirándome malévolamente y yo sonreí divertido. Me empujo con todas sus fuerzas sobre la cama, se subió en mí y me besó, luego tomo mis manos para atarlas al borde de la cama

Se hinco sobre mí, con las piernas a los costados, sujeto fuertemente mi playera y la desgarro, termino de romperla mientras me besaba y lamia mi cuello, mordió sin piedad mis pezones y yo grité, siguió bajando por mi abdomen y después devoró de una manera impresionante mi miembro hasta que casi me hizo terminar y entonces se detuvo.

Se bajo de la cama y se desnudo, a continuación regresó a su posición, inspecciono los bolsillos de mi pantalón y el bóxer para después colocarme un condón de forma lenta. Yo estaba que explotaba, jamás había estado en una situación en la que no podía interactuar con mi acompañante, ella volvió a sonreír como ya lo había hecho anteriormente y se sentó sobre mí, absorbiendo todo mi miembro en su interior y comenzó a moverse a su ritmo, empeñada ahora ella en gozar, se pellizcaba los senos, se mordía los labios en tanto subía y bajaba, después se tumbo en mí, lamio mis labios y me impidió besarla, de pronto sentí que estallaba y le hice saber.

-Yo aún no termino amor, así que más te vale que aguantes- amenazó y comenzó a moverse salvajemente sobre mí hasta que instantes después termino, dejándome el pene adolorido.

Y así empezaron mis aventuras en aquel club, que yo preferí llamar sociedad secreta, incluso secta por eso de las reglas, las cuales fuí dominando hasta volverme un experto y si, llegue a toparme con alguna modelo famosa, hasta una artista de televisión me toco en una ocasión. Entonces, poco a poco fui volviéndome más frío en los encuentros, probé varias y muy variadas mujeres, con fantasías diferentes, aprendí además de que mejoré varias técnicas en el arte del sexo.

En cuanto a mi vida familiar, mi padre me pidió que me asociara con él en su fundación y acepte de inmediato. Visite 3 veces a Anna mientras estudiaba en París, 2 de ellas haciéndole compañía a su novio y asegurándome que durmiera en su cuarto del hotel, aunque se me llegaron a escapar juntos algunas veces, por supuesto, eso yo se los hacía creer a ellos, sabía bien que necesitaban privacidad y que estaban completamente enamorados, además de que él era un buen chico que estudiaba música y que moría por mi hermana, estaba seguro que jamás haría algo que la dañara.

También acompañe a Mérida cuando se mudo a Nueva Jersey, donde por cierto, me entere que estaba rematando un viejo hotel de la ciudad porque el dueño había hecho un mal negocio que lo había dejado en bancarrota, así que solicite un préstamo y lo adquirí para remodelarlo, fue mi primer gran inversión y con el tiempo me compre un departamento en esa ciudad, lo cual hizo inmensamente feliz a Mérida porque ya no estaría sola, aunque al poco tiempo de mudarse comenzó a salir con un chico que conoció en el metro y no tardaron en vivir juntos.

Seguí con mis inversiones, rescatando viejos hoteles para remodelarlos, adquirí un departamento cercano a la casa de mis padres en Seattle y con el tiempo una pequeña casa cerca de las Vegas, ya que me gustaba ir y apostar de vez en cuando. Y el tiempo siguió su curso, hasta que un día algo inesperado sucedió que le dio un giro a mi vida de 180°.

Ardiente Tentación ○Nuevas Reglas○ |JELSA|Where stories live. Discover now