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Park Sunghoon

2 de noviembre

No se suponía que debía sentir tanto dolor. Duele. Sofoca. Enloquece.

La soledad que lo alimenta es enfermiza y retorcida. Es todo en lo que puedo pensar. Puedo saborearla y escucharla. Ya no soy yo pero me estoy ahogando debajo del peso de la devastación, perdiendo de vista todo lo que soy.

Los gemelos están destinados a entrar al mundo juntos.

Está bien que dejen el mundo juntos.

Perder a mi hermano, a mi jodida otra mitad, ha sido catastrófico para mi alma. Me quedo vacío y sangrando, incapaz de detener el flujo del dolor. Es abrumador.

No puedo aguantar más.

Los sonidos de mis compañeros de clase riendo y burlándose unos de otros antes que el timbre suene, son silenciados. Desvanecidos en el fondo. Otra parte aburrida de mi vida ahora que Jongseong se ha ido y el color se fue con él. Ellos continúan como si nada les afectara.

Si perdieran la mitad de su alma, lo entenderían.

Tal como está, nadie lo hace.


Estoy solo sin nada más que mi dolor para hacerme compañía. No quiero este dolor. No puedo soportarlo. Mamá y papá son más fuertes, mayores, más sabios. Lo están sobrellevando.

Yo estoy perdiendo la batalla. No es una batalla que me importe ganar.

Mientras el caos continúa alrededor de mí, empujo mi mano temblorosa hacia el bolsillo de mis jeans, buscando mi solución. Mis treinta respuestas para un gran problema. La botella está llena de pequeñas tomas diarias del tamaño de un bocado de felicidad forzada y puede que no signifiquen mucho cuando las miras individualmente, pero juntas, son mi boleto de salida.

Después de clases.

Solo necesito pasar esta primera hora. No estoy seguro de por qué elegí este momento, pero se sentía correcto. Cuando comencé a considerar lo que quería hacer este verano, aunque no exactamente con estas píldoras ya que las acabo de conseguir, siempre había una excusa para no hacerlo.


Mamá necesitaba ayuda para limpiar las cosas de Jongseong, papá quería que alguien lo ayudara a organizar sus álbumes, los vecinos mayores necesitaban que les hiciera un trabajo en el jardín.

Luego, después de un verano angustiosamente solitario, mi primer verano sin mi hermano, comencé mi último año. Un año que Jay esperaba mucho.

Fútbol. Universidad.

Jongseong sabía que el duodécimo grado sería suyo. Mi hermano, el atleta extrovertido y más popular de nuestra escuela, estaba esperando su mejor año. Siempre será inmortalizado como un estudiante de tercer año en la escuela secundaria. Lo he pasado en edad y todo lo demás. No está bien.


Él. Es. Mi. Gemelo.

Las lágrimas ya no vienen. Estoy seco. Mi alma está vacía y mi corazón es una cáscara. No me queda nada para dar. Mamá está embarazada. Los gemelos vendrán pronto. Ni siquiera me necesitará más.

Alguien me habla, pero no tengo palabras. Jay siempre tenía las palabras. Era por él que siquiera pasaban el rato conmigo. Él era más guapo, más agradable y hacía que la gente se sintiera bien consigo misma.

Stay - SungsunWhere stories live. Discover now