One Shots | Aidan Gallagher『+16』

1 / Dreams

One shot. - Aidan Gallagher.

Miraba el reloj de la habitación desesperada. Estába tan ansiosa porque dieran las ocho de la noche, la hora en la que el lindo y sexy de mi vecino llegaba del instituto.

Todo la habitación se encontraba en absoluto silencio, excepto por el ligero sonido que producían las manecillas del reloj y mi respiración constante. Segundos después el sonido de un auto llamó mi atención.

Mire el reloj. Todavía faltaban quince minutos para las ocho. Frunci el ceño y me acerque a la ventana. Ahí estába él, bajando del lindo auto que sus padres le regalaron en su cumpleaños número dieciocho.

Sonreí torpemente al verlo, pero aquella sonrisa se desvaneció en cuánto un mujer rubia se acercó a él y besó sus labios.

Suspire molesta. Después de todo sabía que él nunca se fijaría en mí. Cerré las cortinas y corrí a la cama para meterme debajo de las suaves y calientes cobijas.

Cerré los ojos frustrada, enseguida patalee como niña pequeña al recordar que alguien más ya se encontraba a su lado. Tal vez suene absurdo todo esto, pero eh estado enamorada de él desde que tengo memoria.

Aidan Gallagher, el chico que me ha robado miles de suspiros, sonrisas y sueños húmedos...

Inhale y exhale repetidas veces, tratando de contener las ganas de querer gritar sin parar. Me quité las cobijas de la cara, viendo fijamente el techo. Era blanco; algo común en cualquier... techo. Mientras pensaba en miles de cosas sin sentido fui conciliando el sueño.

...

Caminaba por unos pasillos largos, viendo las paredes negras hasta encontrarme con una puerta blanca. La observe por unos instantes, tomé la manija de esta y entré. Era una habitación demasiado grande, había una cama matrimonial y dos pequeños sofás enfrente de ella.

Di un cuantos pasos hacia uno de los sofás y me senté. No pude evitar mirar de un lado a otro intrigada pues algo en mí decía que tenía que esperar ahí, y sin notarlo alguien se posó frente a mí, haciéndome sobre saltar. Me tomó de las manos, levantándome.

Sin dudarlo alce la mirada, encontrándome con esos ojos verdes que son reconocibles en cualquier lugar.

Sus delgados y fríos dedos rozaban levemente mi nariz, mejillas y labios, haciéndome estremecer por el tacto.

- Te deseo. - Susurro cerca de mis labios para juntarlos en un suave y delicado beso.

Me dejé llevar por el momento, por las sensaciones que empezaba a sentir en el estómago.

Todo era perfecto. Las luces tenues, la habitación, la noche estrellada, y sobre todo él. El olor a vainilla que abundaba en la habitación se pasaba sobre mis fosas nasales mientras el aire fresco se colaba sobre nuestros cuerpos.

En un ágil movimiento me recostó sobre la cama subiéndose encima de mí sin dejar caer todo su peso, comenzando a rozar con delicadeza la yema de sus dedos desde mi cuello hasta la cintura sin dejar de verme a los ojos.

Cuando llegó a mis muslos se detuvo, y sin previo aviso desabrocho los jeans holgados que llevaba puestos y los saco de un jalón junto con las bragas, dejando mi feminidad al aire. Sonrió de lado y empezó a estimular mi clítoris, haciéndome soltar leves jadeos.