Capítulo XIV.

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Se había despertado en la madrugada consciente de que su sueño ligero estaba acompañado por un dulce muchacho que dormía plácidamente apegado junto a él.

Finalmente y después de años podía decir que cumplió uno de sus más intensos anhelos, tener al misterioso e inocente joven a su merced.

No podía mentir y decir que le había costado someterlo, pues no era cierto. El cuerpo humano tiene memoria y eso quedó en evidencia  desde el minuto uno cuando se reencontraron. El rizado parecía reaccionar a cada mirada y a cada roce que el castaño emitía en su dirección.

Por lo que en ese mismo encuentro y retando a su suerte, encerró a Harry en el baño y comprobó su teoría. El cuerpo del rizado no olvidaba su cercanía y al ver que la respuesta a sus estímulos era positiva, supo lo que tenía que hacer.

Haría del muchacho su sumiso y retomaría los planes que quedaron en el aire cuando Harry escapó esa noche.

Su plan era simple, jugar con él hasta dejar que el muchacho perdiera la locura y rogara ser poseído. Pero como la vida es una cruel trampa, Louis también se convirtió en parte del juego que para su  sorpresa terminó perdiendo.

Lo supo el día que el rizado le rogó que lo tomara.  Empleó todo su autocontrol para no cometer una estupidez y acatar lo que a gritos le pedía Harry.

Supo de inmediato que ya no podía seguir un día más sin perderse en ese cuerpo que irradiaba sensualidad. Por lo que esa misma noche y luego de una ducha fría redactó el documento que contenía el traspaso de su más grande tesoro.

Harry había accedido a ser suyo en cuerpo, le entregó su confianza para que el hiciera lo que quisiese con él.

Si el rizado fuese cualquier otro sumiso, estaría feliz, pues algo que odia es la intensidad de las personas cuando se mezclan los placeres carnales con el alma.

Ahora estaba ahí, tendido en la cama admirando cada centímetro del sumiso que se aferraba como un mapache a su cuerpo, vigilando como su pecho subía y bajaba en suaves respiraciones, como aquella boca provocadora y retadora estaba quieta, y el deseo que se alojaba en su pecho por verlo   despertar.

Sorprendiendose así mismo con sus pensamientos, supo la verdad que silenciaba su mente.

Ya no solo deseaba el cuerpo de Harry, sino que su alma y absoluta devoción.

Deseaba ser el inicio, centro y final de su universo.

Deseaba ser él su problema y su única solución.

Quizás y más allá de todo eso, deseaba por fin sentirse amado.

¿Y qué mejor que ese genuino y noble muchacho para aceptar el reto?

Una llamada  entró al celular de su sumiso, provocando que este último se despertará sobresaltado y obligando a Louis a fingir.

-Pequeño - dijo con falsa voz soñolienta - Apaga eso.

-Puede ser algo importante - Harry se enderezó buscando el aparato que reposaba en la mesita de noche - Will, ¿qué son estas de llamar?

¿Había escuchado bien? Era el estupido ese que había estado rondando por la oficina. El imbécil incluso se atrevió a bromear con el motivo por el cual Harry salió del closet.

¿Era broma? Ya no estaba tan seguro, no cuando el rizado reía con alguna estupidez que le decía el tarado ese.

Era obvio que se conocían hace años y Louis tenía el mal presentimiento de que se trataba del primer amor de Harry, ese estupido por el que lloraba aquel día que se conocieron.

Take it Off {L.S} | BDSMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora