El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]

Capitulo 31: Como bestias en la jungla

Antes de empezar, les quería comentar que tengo un "bloqueo escritor". Así que no estaré actualizando, hasta que se me pase. Gracias.

—No sabía que tú y Elliot se habían reconciliado.

—Todo... Todo ocurrió muy rápido.

El asintió lentamente con la cabeza y comenzó a juguetear con sus dedos.

—Asi que... ¿Tú estás... Saliendo con Daney? —pregunté por lo bajo.

Shace negó y después soltó un pequeño suspiró.

—Solo somos amigos —susurró.

—Oh —solté. La verdad es que me sentía incomoda. No de mala manera, pero si de una manera extraña.

No había visto a Shace en días. Y apenas se enteró de que mi padre volvió.

Sus ojos azules estaban algo tristes. Antes se les veía con un destello, que debo admitir... Era muy encantador.

—Entonces, aún no eres novia de Elliot —murmuró mirando el suelo donde solo había césped y unas cuantas florecitas diminutas.

—Aún no —respondí mirándolo de reojo, jugando con mis dedos —.Queremos conocernos más y queremos algo que sea... Estable.

Shace me miró después de varios segundos y así mantuvo su vista sobre la mía.

Sentía que no podía sostener su mirada. Sentía como siempre se aceleraba mi respiración, si trataba aún que sea un poco de mantener su mirada. La desvié en cuanto pude, y agache la cabeza.

—¿Por qué desvías la mirada? —preguntó.

—No lo sé. Supongo tienes la mirada algo pesada.

—Siempre has evadido eso. Desde pequeños, nunca la has sostenido.

Miré en todas las direcciones y luego hice un gesto arrogante.

—Si bueno, no te creas mucho por eso.

De reojo, pude ver qué una sonrisa pequeña se dibujo en su rostro.

—Voltea a mirarme, Nessa —pidió Shace, con esa voz tan tranquila que lo caracteriza.

—¿Para qué? —volteé a verle.

Sus ojos azules estaban más que dispuestos a indagar en los míos. Tenían un lindo azul, no era Zafiro, tampoco era oscuro; era más bien un azul celeste con tonos cafés en él.

Se veían lindos.

Pronto Shace soltó una risita cerrando los ojos, haciendo que sus oyuelos se marcarán.

—Pero si te has puesto roja —dijo entre una risa melancólica.

Abrí mis ojos de par en par y me volteé indignada. Con la mirada busque al pelinegro, quién estaba sentado en el césped junto a su amigo el pelirrojo.

Estaban hablando y al parecer eso causaba gran interés en Elliot. Sus ojos grises se veían tan bien sobre los rayos del sol.

Suspiré y me gire hacia Shace, quién estaba sentado a mi lado.

Habíamos decidió hablar un poco. Estábamos sentados en una banquita color blanco, un poco alejado de los chicos. Daney, quién estaba con Shace hace un poco se encontraba sentada en la banca de enfrente, un poco lejos de la nuestra.

Llevaba sus audífonos puestos y una sudadera amarilla.

Fruncí los labios, por qué por alguna razón quería hablarle. Pero yo jamás me lleve bien con ella. Daney siempre estuvo enamorada de Shace, así como el de mí; pero aunque ella sabía que jamás le correspondería, Daney y yo jamás empatizamos.