Viviendo con Slasher's

El Fin (2/2)

Tu madre había reaccionado más rápido que tu al encuentro y en vez de correr hacia otro lugar fue directamente con él.

– ¡Tu maldita Zorra!.- Lo escuchaste gritar después de que tú madre lo golpeó.

– __ más vale que te vayas, yo me encargaré.- Ella volteo unos segundos solo para darte una sonrisa y volvió a lo que estaba.

Solo asentiste sabiendo que volverías rápido, obviamente no dejarías a tu madre con el ahora desquiciado de tu padre, solo irías por Sam o lo que creías que fue Sam.

Corriste hacía el final del pasillo para luego entrar a aquel salón en ruinas, miraste para todos lados sin encontrar a nadie, estabas decepcionado por eso, ibas a volver para no tomar mucho tiempo pero el ruido en el armario te había hecho saltar en tu lugar.

Con pasos lentos te acercaste parandote al frente de dónde provenía el ruido, no tardaste y abriste la puerta de golpe esperando que no fuera un animal salvaje, pero para tu alivio y adoración era Sam sentado, escondido.

– Oh, Sam.- Pusiste tu mano en su cabeza, parecía estar ¿Temblando?.- Ven vamos, salgamos de aquí, si?.

El negó varias veces, parecía estar aterrado por algo pero aún así tomo tu mano, te estaba guiando por otro pasillo lejos de donde se encontraban tus padres peleando.

– Espera Sam.- Tuviste que pararlo.- Escucha, ¿puedes quedarte aquí? Necesito ir por alguien y volveré, nos iremos juntos, okay?.

No parecía querer soltarte pero de igual forma lo hizo escondiéndose debajo de una mesa camufalndose con las cajas y latas de pinturas del alrededor.

– Ya vuelvo.- Le sonreiste y corriste nuevamente por los pasillos.

Mientras más te acercabas podias escuchar algo como todavía seguían golpeando pero no esperabas ver aquello.

Tu madre estaba felizmente mutilando a tu padre con aquél fierro que anteriormente tenía, no sabías como sentirte pero de alguna manera aún estando frente a ella tus alertas sonaron en tu cabeza.

– Cariño, se supone que correrías.- Ella te estaba sonriendo como si no acabara de asesinar a alguien.

deberías estar feliz de que alguien como tu padre estuviera en ese estado después de lo que hizo pero un sabor amargo había en tu boca.

– Mamá deberias bajar ese fierro.- Intentaste arrebatarle el arma claramente fallando.

– Tu padre era un un imbécil, no me cabe duda que saliste igual que él.- Con rapidez intento golpearte.

– Mamá, que carajos.- Esquivaste el golpe como pudiste aunque te había golpeado muy mal el brazo.

Tu pierna no estaba de tu lado cuando se le dio por abrir nuevamente la herida que tenía haciendo que tu madre por tu desequilibrio te diera nuevamente con aquél fierro en la cabeza.

Caíste al suelo sintiendo tu cabeza tratando de estallar, tu vista se estaba volviendo borrosa queriendo caer inconsciente.

– Chucky lleva los restos de ese hombre.- Fue lo último que escuchaste antes de caer en la oscuridad.

Abriste los ojos de golpe poniéndote alerta y tomando una gran bocanada de aire, lo primero que hiciste fue tratar de acostumbrarte a la luz intensa que había en la habitación.

Miraste a los alrededores para ver qué estabas en un tipo de iglesia en el gimnasio de la escuela, y también atado a una silla.

– Oh señor, libralo de sus pecados.- La escuchaste murmurar.