Aurora y la estrella de la esperanza

Estrella de la esperanza

La época más esperada del año por cientos de millones de personas alrededor del mundo, finalmente ha llegado, por desgracia también hay personas que han olvidado el significado real, basando estas fechas en el consumismo... Por mi lado veo el cielo estrellado, una estrella en particular, la más brillante de todas; la estrella cuya luz da esperanza.

Un copo de nieve desciende, balanceándose en las suaves corrientes de viento, Aurora —una joven recién ingresada a la universidad— extiende su mano y lo retiene con delicadeza, se da la vuelta para mostrárselo a su mejor amiga y compañera de habitación Nadia, dando un pequeño saltito de emoción junto a una sonrisa llena de inocencia. Aurora le dijo a Nadia.

– ¡Nadia, está nevando!

– ¿Nevando? —Observa el charco de agua en la mano de Aurora –Solo es un poco de agua... Deja de distraerte y ayúdame a decidir un regalo para mi papá.

– Ya te mencioné que unos calcetines estaban bien, ¿No? —Entrelaza sus dedos detrás de la cabeza, despreocupada.

– No puedo regalarle algo como eso —Dirige la mirada a su teléfono inteligente –No se lleva bien con la tecnología, ni con los dulces, es más difícil de lo que pensé.

– Sé que llevas tiempo sin ver a tus padres y estás nerviosa, pero no todo tiene porqué ser perfecto, lo que de verdad importa, es el amor y la intención de dar sin recibir algo a cambio; no cumplir expectativas —Nadia ve con sorpresa a su amiga tras haber escuchado tales palabras.

– Cualquiera creería que eres otra persona cuando hablas así —Esbozando una leve sonrisa sincera.

–¿Tú crees? —Se muestra confusa, y un gran signo de interrogación se dibuja sobre su cabeza.

– Santo cielo —Se lleva una mano a la cara – Creo que encontré algo que podría darle.

– Me alegro mucho. Yo iré a comprar los boletos del autobús —Hace una breve pausa – ¿Necesitas alguna cosa que pueda traerte?

–No, estoy bien por ahora.

–Entonces me voy, te veo dentro de un rato —Aurora se coloca la chaqueta y una bufanda.

– Cuídate —Despide a su amiga.

Aurora se pasea por los pasillos, tarareando villancicos a un ritmo rápido desprendiendo alegría e inocencia, saludando a todos a su alrededor, algunos lanzaban miradas de extrañeza, otros, simplemente le devolvían el saludo compartiendo su emoción, pasa junto a sus tutores el profesor Stevens y el profesor Müller, a los cuales les tenía un poco de miedo, debido a que son los tutores de las materias más difíciles para ella; sin embargo los saludó con la misma energía que al resto.

– ¡Hola, profesor Stevens y profesor Müller! —Sigue de largo.

– ¿Sabes algo Müller? —Stevens se dirige a Müller.

– ¿Qué cosa? —Toma un trago de café.

– Normalmente diría que no creo en nada, pero ahora al ver a Aurora puedo decir que, creo en ella —Dijo con profunda sinceridad.

– Entiendo tu punto —Le da otro trago a su café.

Ya en la terminal, Aurora se dirige al punto de venta, compra dos boletos, uno para ella y otro para Nadia, ambas iban al mismo destino así que habían decidido comprarlos con anterioridad, pues en época navideña suelen acabarse todo tipo boletos, sin importar de qué vehículo se tratase. De repente una corriente de viento le arranca los boletos de las manos, ella corre tras ellos y un hombre de estatura promedio los atrapa en un salto.