Capítulo 1

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Con el pincel trazaba líneas moradas, llevaba la mitad de mi obra pero no tenía prisa, quería plasmar cada sentimiento que tenía en el momento para darle sentido al cuadro. Estaba tan concentrada que me asusté cuando una mano se posó en mi nuca.

–Mierda Sue, casi me da algo– sostenía mi pecho tratando de tranquilizar mi respiración, la castaña se disculpó riendo un poco.

–Lo siento, no quería asustarte– sonrió débil viendo el lienzo. –Creí que ya lo habías terminado, llevas un mes con él– trató de tocarlo pero la aparté dándole un manotazo.

–No toques, la pintura sigue fresca y la arruinarás– con un trapo limpié mis pinceles y fui a lavarme las manos. –¿Y cuál es el motivo de tu inesperada presencia Susan Gilbert?–

–Solo quería verte– caminó despacio a mí, confundida ladeé mi cabeza.

–Raro, ¿Emily no te pone atención?– pregunté divertida, pero mi amiga se quedó callada bajando la mirada. –Oh, ya veo– hice una mueca incómoda, pasé de su lado yendo a la cocina. Ella me siguió sin decir nada y se sentó en la pequeña mesa de madera.

–¿Tu hermano no está?– puso su mano debajo del mentón viéndome fijamente.

–Nop, salió al bar con unos amigos– Sue asintió distraída –Es café– dije con la olla en mano, ella aceptó y le serví pasándole la taza.

–¿Cuándo será el día en que prepares té?– bebió mirándome divertida.

–Cuando se me dé la gana– piqué su nariz sonriendo, ella la arrugó riendo. –Entonces, ¿Qué sucede con Emily y tú?–

La castaña carraspeo poniendo la taza en la mesa y pasó las manos por su vestido.

–Pues me evita, creo que dejó de amarme– bajó la mirada triste.

–¿Emily dejando de amarte? ¡Dime otro chiste!– dejé mi taza para levantar a Sue de la silla y darle vueltas. –Ella está estúpidamente enamorada de ti–

–No lo demuestra–

–Mira Honey, solo está preocupada por su familia, dale algo de espacio– acaricié el dorso de su mano, nos quedamos viendo nuestra unión pero rápido la deshice sonriendo como si nada.

–Pero quiero que se preocupe por mí, por el bebé. Quiero que sea completamente mía– caminó a mí un poco molesta.

–Sabes que le duele que el bebé no sea de ella, solo está un poco asustada– me recargue en la pared cruzando mis brazos.

–¿Entonces por qué no me lo dice? Podríamos arreglar algunas cosas si tan solo me hablara– se fue acercando poco a poco a mí, nerviosa quise salir pero ella me detuvo poniendo sus manos en mi cintura.

–No tengo respuesta a eso– trague pesado al tenerla cerca.

Nos quedamos en silencio, solo nos veíamos a los ojos sin querer romper el contacto.

–No es justo– habló bajo, me quedé mirando sus labios sin decir nada. –No es justo que tú eres la que cuida a mi bebé, la que lo cría conmigo, que te encargues de cosas que deberían ser la responsabilidad de Austin– con su pulgar delineó mi pómulo. –No es justo que yo daría mi vida por ella cuando tú lo harías por mí, no es justo que nos dieras el camino libre cuando Emily solo me ignora cada día–

–Por favor Sue, para– cerré mis ojos tratando de no llorar.

–No es justo que no te ame como lo hago con ella, no te merezco– solté unas lágrimas levantando mi cabeza.

–Solo quiero verte feliz Susan, no importa si no es a mi lado– abrí mis ojos viendo como ella lloraba aferrada a mi falda, con cuidado tomé un mechón de cabello acomodándolo en su oreja. –Todo lo que hago por ti es porque te amo, y no quiero que te mortifiques por eso, es mi decisión y nadie me hará cambiar de opinión– besé su frente y ella me abrazó llorando más fuerte, la sostuve mimándola.

Siempre serás tú «Sue Gilbert» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora