Bizarre [JaeYong]

c u a r e n t a y u n o

—¿Le pasó algo al tuyo?

—No, pero yo puedo llevar a los amigos de Jeno, mientras tu llevas a los de Jun.

—¿Podrías llevarlos y yo me quedo a limpiar?

—Noona me dijo que ella y los chicos lo harían. No te preocupes.

—YoonOh, no-

—No les importa hacerlo, TaeYong.

—Ya le dí demasiadas molestias a tu familia.

—No son molestias y también es tu familia, amor —TaeYong negó con algo de vergüenza—. Son tu familia política —esbozó una sonrisa—. ¿Me envías la dirección de los niños? —levantó sus cejas de manera divertida y salió de la cocina para decirles a los pequeños que se abrigaran bien porque ya se iban.

—¿Puedo acompañarte, papi? —Jeno se colgó del brazo del castaño y éste asintió. 

El trayecto hacia las casas de los pequeños fue ruidoso, pero no molesto, de hecho, a YoonOh le agradaba esa clase de ruido. Niños riendo e incluso gritando mientras hablaban de sus caricaturas favoritas, de los juguetes que estaban de moda y de lo que harían el lunes por la mañana en el recreo. 

Luego de dejar a los lindos amigos de Jeno, volvió a casa mientras escuchaba las aventuras que el pequeño había tenido en su escuela durante los últimos días y aunque YoonOh podría jurar que se sabía todo de memoria, siguió escuchando atentamente al menor.

YoonOh aparcó el auto y ayudó a bajar al menor, quien de inmediato trepó en él y se aferró a su cuello. 

—¿Podemos tener una pijamada con SungChan hyung y sus amigos?

—SooJung noona ya llevó a los chicos a casa —dijo al no ver el auto de su hermana—, pero podemos tenerla con Chan —el pequeño asintió y entraron a la casa que ya estaba completamente limpia—. Sube a ponerte tu pijama —pidió con tono dulce y Jeno bajó de sus brazos para hacer lo que le había pedido.

YunHo bajó y lo saludó rápido para dirigirse a la cocina para servirse un poco de pastel. Al volver con su plato y pasar por la sala, su hijo lo miró con la ceja arqueada.

—Está muy rico —se justificó con una sonrisa—. ¿Ya llamaste a TaeYong para ver si todo está en orden? —su hijo frunció el ceño—. Es que ya tardó demasiado.

—Los amigos de Jun viven más lejos —su padre asintió y se despidió de él para subir a su habitación.

—¡Hasta mañana, abue! —Jeno bajó brincando los últimos escalones y luego de que YunHo se despidiera con la misma emoción que él, corrió hacia él castaño de hoyuelos—. ¿Puedo comer pastel?

—Ya comiste —se sentó en el sofá y encendió la televisión sin prestarle atención a lo que se reproducía en ella.

—El abue YunHo también comió y está comiendo otra vez —hizo un pequeño puchero.

YoonOh solo estaba rezando para que no hiciera algún berrinche como los que solía hacer y habló usando un tono tierno.

—Sí, pero el abue YunHo no tendrá problemas para dormir y tú sí —palmeó el lugar vacío a su lado y el pequeño se recostó en el reducido espacio, dejando su cabeza en el regazo del mayor—. Mañana puedes comer más. ¿Está bien?

Jeno asintió rendido.

—¿Qué ves, papi?

YoonOh le prestó atención al televisor y suspiró.

—Al parecer es un documental de la selva —comenzó a acariciar la cabellera del menor hasta que ambos se quedaron profundamente dormidos.

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