Se lo debo a ellos

771 88 55
                                    

Capítulo 6.

Se lo debo a ellos

Raoul se quitó de la cama cuando Takahiro y Ruruka abrazaron a Misaki tratando de tranquilizarlo mientras lo mantenían quieto para que no se hiciera más daño, el castaño tenía cerrados sus puños con bastante fuerza, estaba inmóvil y con la mirada bastante enojada, sus ojos estaban rojos por las lágrimas. Raoul fue hacia la puerta, el doctor se estaba tardando o eso sintió, así que salió unos minutos para buscarlo el mismo.

—Mi cabeza...—Misaki se soltó como pudo para masajear los lados de su cabeza, importándole poco el dolor que tenía en su mano vendada, tenía sus ojos cerrados fuertemente, tenía la respiración bastante agitada y le costaba bastante hablar. —Mi cabeza... ¡Ah! —Se quejo al sentir que no podía respirar y el punzante dolor de cabeza, Takahiro le masajeo su espalda mientras Ruruka trataba de decirle algo para que se tranquilizara, pero lo siguiente que dijo Misaki los dejo helados. —¿Dónde está mi otro hijo? —Tomo una almohada para acariciarla con su cara como si fuera el cuerpo de un niño pequeño. —Mi hijito...—Sollozo, la almohada se llevaba sus lágrimas. —Mi Yong, mi hijito... —Takahiro y Ruruka no sabían que hacer, era una escena por lo más dolorosa e inquietante, voltearon al escuchar como era abierta la puerta, era Raoul que ya venia con el doctor, el rubio levanto las cobijas que se habían caído de la cama. —¡Mikhail! — Dijo con bastante alegría, Raoul se quedó viendo a Misaki con sorpresa. —Mikhail dame a Yong por favor. —Misaki como pudo se levanto de la cama y le quito las cobijas que tenia para cargarlas como si fuera un bebé. —Hola mi amor, te extrañe tanto. —Abrazo contra si a la cobija para después irse a acostar, y cantarle, los presentes estaban anonadados ante tal escena, Misaki había entrado en una crisis bastante fuerte. —Shh, ya no llores, estoy aquí contigo, mamá estará siempre aquí, gracias Mikhail, por traerlo conmigo. —Misaki le sonrió, pero a pesar de eso aun lloraba y tenía la mirada bastante perdida, Raoul solo asintió y con una seña indico que se salieran, todos hicieron lo indicado, pero solo dos enfermeros se quedaron para evitar que Misaki hiciera una locura.

—No digan nada y síganle la corriente, ¿Entendieron? — Ambos asintieron con miedo, cuando estuvieron fuera del pasillo Takahiro no pudo contener el sollozo cuando Raoul cerró la puerta.

—No puede ser. —Takahiro se llevó una mano a su boca para intentar callar su llanto, Ruruka lo abrazo para reconfortarlo, aunque el estaba en las mismas condiciones. Raoul se recargo en la pared contraria de donde estaban ellos dos con ambos brazos cruzados mientras veía al techo tratando de ordenar sus ideas.

—Vaya...—Soltó un soplido tratando de quitarse de la mente tal escena. —¿Doctor, que se hace en este tipo de situaciones? — El galeno suspiro con resignación al tener los tres pares de miradas sobre él, se quitó sus lentes para limpiarlos mientras encontraba las palabras correctas para darles la solución pues solo podían hacer una cosa.

.

.

Se durmió bastante tarde aquella noche, se quedó velando a su hijo por muchas horas, quería estar ahí para él en caso de que se despertara llorando por estar en un lugar desconocido, pero al parecer hizo el efecto contrario, le dolía el corazón el pensar que esa era una de las noches donde su bebé dormía tan tranquilo después de mucho tiempo a pesar de su corta edad, Yong dormía a su lado, a veces su respiración tan serena era opacada por un suspiro provocado que había provocado el llanto, estaba boca abajo mientras que un dedo en su boquita hacía que se le cayera la saliva, ni siquiera le importo ese hecho con tal de que siguiera durmiendo tranquilamente él lo cuidaría hasta del aire si era necesario, ambos tenían pijamas a juego.

El perfume de bebé y el haberse bañado para relajarse después de tal suceso de ese día hicieron que Mikhail abrazara a Yong con mucho cuidado de no despertarlo, quería acomodarse para ya dormir, no lo admitiría abiertamente, pero dormir en un techo donde estaba lejos de Feilong hacían que por fin pudiera conciliar una noche de sueño, pues cuando vivían los tres juntos Mikhail estaba atento a cualquier ruido y en su caso también alerta, había días donde Feilong llegaba bastante borracho y debía estar listo en caso de que ese idiota hiciera una imprudencia con Yong, pero desde hoy haría lo que fuera para que su hijito no volviera a pasar ese tipo de ansiedad, al ver detenidamente la habitación que le había prestado Kirishima hizo que pensara en que tipo lugar sería adecuado vivir para que Yong estuviera cómodo, a salvo, pero sobre todo feliz y lejos de cualquier perturbación. Acaricio con amor los cabellitos mientras besaba la frente de Yong.

Quiero estar contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora