Segunda Parte: Capítulo 2

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No tenían fuerzas, a duras penas podían mover sus cuerpos; habían estado de rodillas durante días que no habrían podido contar aunque lo hubieran intentado, sus mentes estaban nubladas, casi no lograban oír sus propios pensamientos, y todo lo que ...

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No tenían fuerzas, a duras penas podían mover sus cuerpos; habían estado de rodillas durante días que no habrían podido contar aunque lo hubieran intentado, sus mentes estaban nubladas, casi no lograban oír sus propios pensamientos, y todo lo que veían era el negro de las sombras que los atormentaban tanto, atenazándolos a cada instante. Pero no estaban ahí por casualidad, habían sido elegidos por más de una razón, los habían estudiado durante meses antes de intentar cualquier cosa, y lo sabían. Se levantarían, porque podían hacerlo, sus fortalezas no residían solo en lo físico, y dentro no solo tenían un cerebro prodigioso; los Ocho poseían un poder que se había perdido hacía mucho tiempo, un poder del que la mayoría de la humanidad carecía, un poder al que ya nadie le tomaba importancia, uno que todos habían olvidado… los Ocho tenían voluntad, la fuerza motriz más poderosa; eran tenaces luchadores impulsados por el anhelo y la ambición. Eran exactamente lo que la Alianza necesitaba, una espada de doble filo.

Darya se levantó, porque al fin estaba decidida a crear sus propias reglas. Sus manos brillaban en un anaranjado intenso, iluminando su cabello cobrizo, tiñendo su mirada gris en una que reflejaba fuego. Sus venas ardían, su corazón estaba apunto de salirse del pecho, en ella estaba su destino, y no dejaría que nadie más lo tomara. No se detuvo a pensar, no quería, no podía, ya era tiempo de actuar. Posó sus manos en la gruesa pared que la mantenía aislada y comenzó a derretirla. El acero deshaciéndose era el nuevo sonido de la libertad. El sentimiento de poder aumentaba con cada segundo que pasaba, era invencible.

La mayor parte de la pared se derramó en gotas del metal hirviendo que caían sin cesar por las molduras. Una alarma se activó, la intensidad de la resonancia era suficiente para que la alerta llegara a todo el edificio. Debía salir de su celda, liberar a los demás y hacer lo que fuera para huir. Se preparó, tomó aire y cerró los ojos, debía cruzar al otro lado... rápido, solo un salto y lo haría, solo un salto… y lo hizo, estaba fuera. Su piel se había quemado con el acero, sus manos sangraban, pero no había tiempo para quejarse. El prisma del que había salido había quedado atrás, sus compañeros debían salir de los otros tres. La habitación en la que estaban era una construcción de acero, en su totalidad, vacía y oscura, como un cubo.

Zhi primero, luego Dominique, Zhào después. Todos estaban fuera, sus prisiones habían sido derretidas por Darya, pero la alarma aún resonaba, los guardias estaban llegando. El lugar carecía de puertas o pasadizos, no había registro de eso en el plano de Chambers, debían salir de la misma manera en la que habían entrado, por los guardias.

La alerta se había esparcido hacía no más de tres minutos, y los guardias entraron. Cuatro de ellos, cuatro prodigios… ¿quién subestimaba a quién? 5Vision tenía la fuerza física, los niños tenían la fuerza mental. Los prodigios sabían exactamente qué hacer, cada uno estaba consciente de su rol. Los guardias sabían que no podían herir demasiado a sus oponentes, de ellos dependía el futuro del mundo. La pelea comenzó. Dominique se encargaría de distraerlos, era el más fuerte, y la adrenalina le permitiría conservar esa cualidad por un tiempo; golpeó a un guardia en las pantorrillas, y pateó su nuca mientras otro guardia lo agarraba por los brazos para detenerlo. Zhào se escabulló rápidamente y salió de la habitación, se encargaría de la orientación del equipo. La rusa levantó sus manos, y, a ojos cerrados, derritió el pecho de un guardia, que dio un alarido de dolor con sus últimas fuerzas, antes de desplomarse en el suelo; podría vencer a otro si Dominique seguía con la distracción. Zhi tomó un arma del cuerpo del guardia muerto, y corrió con Zhào, esas estaban diseñadas para asesinar sin dejar más rastros que el cuerpo de la víctima.

La Máquina de los Sueños - 1 Duología 5VisionWhere stories live. Discover now