Lisa estaba realmente sorprendida por lo atenta y dulce qué era Jisoo. En su lugar hubiera sentido asco pero ahí estaba la pelinegra dándole una mirada llena de amor y cariño puro.

Una mirada que hizo que Lisa se perdiera y su corazón latiera con tanta fuerza qué juraba qué se podía escuchar en todo el lugar.

Jisoo le encataba.

-¿Quieres que te aplique la crema de menta así se destapa tu naricita?-. Pregunto la mayor confundida al no ver reacción alguna en la menor, excepto de un lindo color carmesí en sus mejillas.

-Jisoo unnie, eres todo lo que siempre he deseado.

Las mejillas de ambas ahora estaban del mismo color por aquella inocente confesión. Jisoo negó con una sonrisa y le presiono la nariz para que la menor se sonara. Terminando esto y verificando qué podía respirar bien, le dejo un besito y después otro en la frente.

Lisa suspiro. Los besos en la frente eran de cariño puro y sincero. Tan puro como la chica frente a sus ojos.

La mano de Jisoo se enlazo con la de Lisa y la pelirubia la miro con los ojos brillosos. Ni siquiera se negó y rio nerviosa por ese mar nuevo de emociones qué senta en su estómago. Ella ya lo había experimento.

Lo había experimentado por primera vez con Jisoo pero creyó qué era un malestar. Se sentía tan tonta pero feliz al mismo tiempo por ese sentimiento descubierto.

De repente y sin aviso alguno Jisoo se detuvo. Lisa  la miro confundida y al verla besar sus manos entrelazadas. Parecía estar pensando mucho en lo que iba a decir pero la pelirubia estaba segura que cualquier cosa que Kim Jisoo dejera la iba a conquistar por completo.

-No dejare que una tonta como ella te arruine el día. Has planeado mucho y haremos todo lo de tu lista. Prometo intentar ser como ella-. Hablo decidida y logrando qué la menor se sorprendiera, en especial por esa sonrisa radiante qué demostraba qué no estaba mintiendo.

Y mientras la pelinegra llevaba de la mano a la pelirubia, esta la observaba con un brillo especial en sus ojos por que ella era todo lo que había soñado.

-¿Entonces a donde quieres ir por último lugar?-. Jisoo miraba con una sonrisa la pequeña pero significativa lista qué Lisa había hecho a mano y con dibujitos.

No recibió respuesta alguna y miro curiosa a la menor que se había perdido mirando el cielo qué estaba adornado por brillantes estrellas y una bella Luna. Jisoo sonrio y decidío guardar la lista para apreciar ese momento junto a ella.

-La Luna esta hermosa hoy...-. Lisa hablo con suavidad y la pelinegra giro el rostro para mirarla sorprendida.

Lisa estaba mirando a Jisoo con un brillo único.

Y Jisoo le sonrio mientras afirmaba el agarre de ambas manos entrelazadas.

-Si, estoy en paz-. Le dio un beso a su mano para guiñale el ojo y rio al ver el completo sonrojo de la menor.

Jisoo respiro aliviada mientras Lisa intentaba calmar el fuerte latido de su corazón. Observó a la pelinegra qué brillaba bajo la luna y le dio un leve apretón de manos.

Los ojos de Lisa brillaban más que cualquier constelación qué Jisoo admiraba constantemente o que había aprendido en astronomía. Y se perdió completamente cuando cerro sus ojos y juro escuchar fuegos artificiales en el momento que sus labios se juntaron en un toque delicado y timido por parte de ambas

No eran los fuegos artificiales qué se habían lanzado por San Valentín, a ninguna de las dos les importaba eso. Aquellos fuegos artificiales era lo que escuchaba cada vez que sus miradas se encontraban o se regalaban una sonrisa.

Jisoo parpadeo varias veces estupefacta y sin poder creerlo cuando  Lisa se separo. No paso mucho para que la mayor le tomará el rostro entre sus manos para llenarla de besitos y sonreír al escuchar la risa de la contraria qué aunque se quejaba se dejaba mimare los regresaba.

-Vamos estrellita, ya hece frio y mañana podemos tener más salidas como esas-. Jisoo le dio un pequeño beso en sus labios y Lisa recargo su cabeza en el hombro de la mayor mientras caminaban tarareando una melodía.

Después de todo las citas qué no son planeadas y que son improvisadas a último momento, llegan a ser las más sinceras. Por que cuando llegaron, de dieron cuanta qué no habían hecho realmente nada de la lista qué Lisa había planeado.

Habían sido Jisoo y Lisa. Ellas dos creando sus propios momentos sin seguir algo clásico y siendo completamente sinceras entre ellas. Y eso era lo que más iba a atesorar de aquel día.

Fue una declaración fallida y a la persona equivocada lo que llevo a Lisa a darse cuenta de quien era la persona correcta para ella. Y al ver sus manos entrelazadas y esa dulce sonrisa que siempre había sido dedicada en cada momento solo para ella, supo que era su cita ideal.

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