Moneda de Cambio I.

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Esta historia solo estará Ligeramente basada en el Sultán, ya qué planeo trabajar en un Au realmente siguiendo la línea de la novela. Porque... No soportaría las muertes 🤧 espero que les guste.

El mundo del cultivo apenas podía recordar los nombres de los dioses, de los reyes inmortales qué serian capaces de destruir sectas enteras por puro capricho. Habían dejado atrás la época de las calamidades y el miedo al emperador celestial. O eso es lo que decían, ya qué la gente común vivía aún creyendo en tales cosas, había pequeñas personas que adoraban a los dioses, pequeños asuntos del mundo mortal qué aún se veían influidos por los cuentos antiguos. En el mundo mortal, los sueños, los mares, cielos y grandes temores tenían origen en dioses y calamidades. La gente común seguía inclinandose ante el emperador celestial y temiendo enojar al rey de una ciudad fantasma qué solo podría describirse como magnífica y más allá de la imaginación.

Pero el mundo cambio luego de que las sectas de cultivo se armaron en guerra. La gente común temió por sus vidas, hasta que un pequeño adolescente se levantó de entre las sombras, energía corrupta y la muerte lo rodearon como un encanto de sirena, cantando con voz hermosa promesas de venganza y destrucción. Prometieron cosas encantadoras pero se vieron dominadas por la voluntad del chico. Voces susurraron, los espíritus obedecieron a su nuevo amo, los cadáveres se inclinaron ante el mortal, los esqueletos se levantaron y la sangre corrió como nunca. Muchos cultivadores susurraron el nombre de este adolescente, la gente común temió por su vida, hasta que este pequeño chico, que había llegado a la cima solo resultó ser una persona demasiado entusiasta y enamorada de la idea de hacer lo correcto.

Las personas sin poder espiritual comenzaron a susurrar, había rumores sobre como este gran cultivador, este chico extraordinario mucho antes de ser el temible hombre del qué hablaban fue vendido a cambio del perdón de una gran calamidad y un dios. Como es que esta pequeña persona que había causado temor con solo caminar en el campo de batalla, había sido enviada como pago de una deuda qué nunca fue suya.
Había renacido con un gran poder, tanto que era difícil de manejar.

Las voces del mundo del cultivo y el mundo mortal contaron como es que los cadáveres se inclinaron de miedo mismo con solo su presencia, como los esqueletos formaron un camino para su propio gusto, los espíritus hablaron y obedecieron sus palabras. Era él único que conseguía qué tanto vivos como muertos mintieran en su honor, fue nombrado el Patriarca Yiling. La sangre en sus manos era tan oscura como la noche misma, la muerte tendría miedo de hacerlo enojar y fue tan poderoso qué fue considerado una amenaza.

El hombre capaz de dominar voluntades, gobernar sobre fantasmas con solo mencionar su nombre. Levantar cadáveres con apenas un susurro, él hombre que podría eliminar a hombres con solo una mirada. La única persona que había conseguido tener a sus pies al gran emperador celestial y al rey de la ciudad fantasma.
El mismo hombre al qué habían llevado al olvido luego de creer que estaba muerto.

Las voces llegaron a creer que la era del Patriarca había terminado, que él hombre había estado acabado y no quedaba más que solo el recuerdo de lo imponente qué había sido. De lo aterrador y temible qué era escuchar su dizi sonar.
Un gran adivino había profetizado al hombre más importante y poderoso del cielo y la tierra.
Había visto a un gran dragón dormido qué mataría a todos sus enemigos.
Muy pocos recordarían el verdadero sufrimiento del hombre más temido de todo el mundo del cultivo, y realmente solo la gente común contaría la gran leyenda de la emperatriz celestial y reina de la ciudad fantasma qué llego como la moneda de Cambio de un hombre Wen qué había insultado a los más grandes seres del cielo y la tierra. Solo la gente Común recordaría al temible patriarca Yiling como el saldo de una deuda, que al final fue más que eso.

Wei Ying fue arrastrado por la suciedad, las pequeñas rocas se incrustaron en su piel sin causar más que un dolor quisquilloso qué era más que tolerable en esos momentos. Pataleo y grito enojado, el fuerte tirón de cabello lo callo un par de segundos hasta que reunió toda la energía posible para seguir luchando contra el agarre del maldito idiota de Wen Chao.
Quiso matar al maldito idiota, pero seguía débil de la extracción de su núcleo dorado, Wen Qing había prometido no decir nada mientras qué él no dijera nada sobre ellos. Acepto, lo necesitaba con urgencia, no sabia donde estaban Yu Ziyuan y Jiang Fengmian, Jiang Cheng había perdido su núcleo y lo necesitaba más que él en esos momentos.

-Regresare como un cadáver feroz-juro mientras sentía otro tirón de cabello obligando lo a mirar hacia el horrible rostro de Wen Chao.

Pero la risa divertida de los Wen le hizo sentir todos los vellos del cuerpo erizarse. Había malicia detrás de esas risas horribles.

-Solo eres una moneda de Cambio, Wei Wuxian-declaró antes de soltarlo y apuñalarlo-deberías ser más que suficiente-afirmó lanzando lo a los tumulus funerarios sin preocuparse por más que había terminado de pagar su deuda.

La risa horrible del hombre no logro registrarse a tiempo. No cuando su cuerpo cayo por el acantilado y cada hueso de su cuerpo dolió ante el impacto con la tierra llena de energía oscura. No pensó en las palabras sin sentido del Wen, hasta que la energía corrupta se abrió paso por el viejo suelo y lo arrastró hasta las profundidades en una lucha perdida en un vano intento de alcanzar la energía espiritual qué ya no tenía a su disposición.
Cuando recobro la consciencia se encontro atado, bajo las manos de un par de fantasmas qué estaban examinando su rostro.

-¡Sueltenme!-grito agitando se en el agarre-¡déjenme ir!

Los gritos trajeron la atención de un hombre de máscara fantasma con una sonrisa triste junto a túnicas elegantes de un tono negro.

-Deberías guardar silencio-la voz fue más que neutral.

Pero enojo demasiado a Wei Wuxian, sin núcleo dorado no le quedaba más que rogar. Se mordió la lengua para no insultar.

-Usted es un cultivador poderoso y rico, puedo verlo-declaró mirando con atención de arriba hacia abajo su apariencia-dígales qué me dejen ir.

-Eres propiedad del Rey de la ciudad fantasma y del emperador celestial-ninguna señal en su cuerpo dio a entender lo contrario-ellos deciden sí vivirás o morirás-Alzo la cabeza señalando hacia a un lado, dándole una orden silenciosa a los fantasmas qué lo llevaban cargado-y yo...

Fue una declaración silenciosa de autoridad.

-¡No soy propiedad de nadie!-grito aun más enojado qué al principio-¡Déjenme ir!, ¡sueltenme!

Los gritos de Wei Ying se perdieron entre los ruidos bulliciosos de la ciudad y entre las risas de espectros qué solo estaban disfrutando de la vista.

El Patriarca Yiling.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora