-Debe estar muy emocionada por su primer día.- Habló contento Shigero refiriéndose a ambos, pues Tanjiro también iba a su primer día de clases. Todos rieron mientras asentían justo al mismo tiempo que la chica de la que estaban hablando bajo apresurada por las escaleras.

-¿Estás nerviosa, Nezuko?- Preguntó calmado mientras su pequeña hermanita caminaba exageradamente lo que lo hizo soltar risas por lo bajo. Estaban de camino a la Academia Kimetsu  y no podía estar más orgulloso de ser un estudiante de aquella prestigiosa Academia.

-Mmh mhm.- Afirmó con sonidos pues estaba con la boca llena de comida, comía cuándo estaba nerviosa. El solecito acaricio su cabeza tratando de no despeinar sus cabellos pues había estado casi toda la mañana arreglandolo, sonreía mientras pasaba desapercibido de las penetrantes miradas de los demás quién parecían haber presenciado un ángel por no decir que fuera cierto. Su sonrisa deslumbrante y mirada de amabilidad llegaba a cautivar a cualquiera que pasase por su lado.

-Oh ya llegamos.- Dijo feliz, pero se preocupó al ver que Nezuko se detuvo en la entrada, caminó hacía ella y se agachó levemente hasta su altura para susurrar un.-¿Estás bien?- La Kamado lo miró fijamente dándole una mirada acuosa, pues había perdido su preciado llavero en el camino. Sin decir nada señaló dónde solía estar colgado su llavero de conejito que el mismo le había dado, lo llevaba abrochado en su bolso.

-¡El llavero!, ¡lo perdiste!- Alzó un poco la voz, pero no porque estaba enojado si no más bien sorprendido. Aquél alzado de voz hizo sentir culpable a la pelinegra quién fruncio su ceño amenazando con derramar lágrimas lo cuál alteró a Tanjiro.-¡No llores! ¡N-no fue tu culpa!.- Movió sus manos negando nervioso pues aparte de sentirse el ser más despreciable de la tierra por hacer sentir mal a su hermanita menor, la gente lo miraba con desaprobación. O al menos es lo que el Kamado veía pues estaba demasiado preocupado.

-E-eh, ¡Ya sé! Vi que lo traías al salir de casa, de seguro se cayó en el camino po- Justo cuándo iba a sugerir ir en busca del llavero el timbre de ingresó resonó en toda la Academia, al ver la cara triste de Nezuko suspiró para continuar.-¡Puedo ir en busca de él!.- Dijo para salir corriendo en dirección al caminó que habían tomado para ir a la escuela.

-¡Mhm mmh!.- Nezuko miró con preocupación a su hermano pues no llegaría a tiempo. Sonidos que fueron escuchados por el mayor quién antes de alejarse le gritó:

-¡No te preocupes, no tardaré demasiado! ¡Entra a clases, no me esperes por favor!.- Poco a poco perdía de vista a su preocupada hermana y cuándo dejó de captar su silueta dejó de agitar su mano. Suspiró prestando mucha atención al suelo, buscando a pasos lentos el llavero de conejo, que por suerte era de un llamativo color rosado.

Los minutos pasaban y cada vez había menos gente, pues ya todos estaban en su jornada laboral o escolar. El peliburdeos dio un vistazo a su celular para ver la hora, era muy tarde si quería intentar entrar a clases tendría que volver en ése momento pues de seguro ya habían empezado. Justo cuándo iba a dar la vuelta para regresar pues no quería que le enviaran una mala noticia a su madre de haberse saltado las clases un maullido lo sacó de sus pensamientos. Dio medía vuelta buscando el dueño del maullido encontrándose con un lindo gato de color negro y ojos celestes el cuál no paraba de maullar, pero al darse cuenta de que tenía su atención lo dejó de hacer.

-Que lindo gatito, ¿Estás perdido pequeñín?.- Dijo mientras se acercaba lentamente pues no quería ahuyentarlo, sorprendentemente de inmediato se acercó y se resfrego pidiendo caricias, acciones que hicieron sonreír al joven quién se estaba olvidando de su problema principal. Pasaron los minutos hasta que el gato se alejó rápidamente del ojiburdeos haciendolo sorprender pero su sorpresa pasó a emoción al ver que volvía con el llavero entre sus dientes.

-¡El llavero!.- Dijo emocionado para sacarlo suavemente de su boca y lo limpió rápidamente con una servilleta que mantenía siempre en su bolso.-¿Como- Estaba tan concentrado en limpiar dicho objeto que no se dio cuenta cuándo el felino desapareció. Lo cuál lo dejó muy decepcionado pues no tuvo la oportunidad de devolverle su favor, sin saber donde se había metido optó por la opción de volver a la Academia antes de que se le haga demasiado tarde.

Al parecer el Kamado también era encantador para los animales.

Corría lo más rápido que podía estaba divisando la entrada de la Academia, al llegar suspiró aliviado al no ver que su hermana lo haya esperado pues no quería hacerla responsable a ella también, no se lo perdonaría. Sus pasos no se detuvieron pasando los pasillos vacios hasta llegar a la puerta de su clase. 1-A.

Con sus nervios a flote y su respiración entrecortada, su pecho subiendo y bajando frenéticamente en busca de aire, tocó la puerta suavemente. A los segundos fue fuertemente abierta por el profesor, un profesor aterrador.

-E-esto..-

¡Primer cap terminado! ¿Quién creen que es el profesor eh?

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¡Primer cap terminado! ¿Quién creen que es el profesor eh?

Siento que los capítulos cortos le dan más sabor a los fanfic's. Aunque los primeros tres se publicaran juntos jsjs.

No olviden comentar y votar para hacer famoso a éste fanfic, también feliz a su escritorx. ^v^

El deseo de corromper Where stories live. Discover now