Tanjiro × All
¡Helou! Está es mi primera historia sobre Kimetsu No Yaiba, estoy muy anciosa de descargar todas mis ideas acumuladas en éste pequeño o largo fanfic. ¡Ojalá lo disfruten tanto como yo disfruto escribir!
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Narrador Omnisciente
El joven de cabellos burdeos dormía plácidamente en su futón correspondiente cuándo su alarma lo altera, poco a poco abre con cuidado sus preciosos ojos brillantes del mismo color de su cabello. Una vez acostumbrado a la luz del sol se estira levemente hasta tomar su celular, una vez lo sostuvo apagó su alarma mientras soltaba un largo bostezo.
6:30 a.m
Un poco temprano dirán ustedes pero a él le fascinaba levantarse antes que todos y esperar a su familia con un delicioso desayuno antes de comenzar su jornada. Sonrió contento, pues nuestro protagonista siempre se mantenía de un ánimo alegré, estiró su cuerpo para ponerse de pie, acomodó perfectamente su futón para encaminarse al baño. Observó sus cabellos alborotados y su cara de dormido, cosa que le hizo soltar unas risitas.
Ahora se encontraba en la cocina terminando de dar los toques finales al apetitoso desayuno, su estómago no paraba de gruñir pidiendo comida pero el se rehusó a probar bocado alguno pues quería esperar a sus queridos hermanos y madre. Sí, cómo todo un sol.
Giró sus ojos al reloj de la cocina.
7:08 a.m
Justo a tiempo. Pensó al escuchar pasos bajar por las escaleras, pronto vio llegar a sus hermanitos y madre, cómo si el olor de la comida los hubiese invocado, río.
-Tanjiro, querido. Te he dicho que no es necesario que hagas esto todos los días, incluso en tus días de vacaciones.- Habló con una voz tranquilizadora su hermosa madre, después de todo la belleza se hereda. Tanjiro negó con su cabeza levemente mientras recibía gustoso los abrazos de sus hermanos menores: Shigero, Hanako y Rokuta.
-No me molesta para nada madre, me hace muy feliz ayudarla. Es lo mínimo que puedo hacer.- Respondió con gentileza, sabía como se esforzaba por cuidar y llevar adelante a su familia después de el fallecimiento de su padre. Aunque el tierno adolescente minimizaba su arduo trabajo, pues hacía mucho más que ayudar en la alimentación de su familia, pero como siempre quería ayudar más y más, su corazón de oro lo adoraba.
-Deberías tomarte tiempo para ti.- Bufo si hermano Takeo, se preocupaba que su querido hermano mayor se enfermara gravemente como su padre si seguía haciendo cosas sin descansar, formó un puchero al escuchar otra vez la risa despreocupada de Tanjiro. Aunque mentiría si dijera que le molestará que hiciera sus comidas, eran tan exquisitas.
-No se preocupen más por mí, estoy completamente bien. Ahora por favor, comamos.- Dijo mientras formaba ésa sonrisa matadora, todos soltaron un bufido, era muy cabeza dura, literalmente. Decidieron dejarlo ahí pues su hambre estaba a tope, una vez sentados en sus respectivos asientos el mayor de los Kamados no tardó en darse cuenta la falta de presencia de alguien.
-¿Y nezuko?- Preguntó mientras terminaba de servir té a Hanako.
-Esta en su cuarto, dijo que tardaría un poco en bajar pues aún se sigue arreglando.- Dijo soltando una pequeña risa Kie, se notaba su nerviosismo aunque no muestre mucho sus emociones.
