Me mentistes

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GERMAN POV

-Me puedo sentar?-pregunte parándome al lado de la mesa con la bandeja de comida en la mano.

-Esta vacio, no?-contesto mi mejor amigo con sarcasmo, sin dirigirme la mirada.

Resople y me sente a su lado, en la banca que estaba en medio del patio de la escuela. Aburrido tome el postre de mi bandeja -que era lo que siempre me acababa primero- y le di un bocado. De pronto me di cuenta de que algo hacia falta.

-y Olga?-le pregunte intentando suavizar el ambiente tenso entre nosotros.

-No vino, esta enferma-contesto cortante mientras hurgaba aun mas en el libro de texto que tenia en sus manos - lo hubieras sabido si hubieras pasado con nosotros el dia de ayer.

Suspire y baje la cabeza apenado. Mi amigo tenia todo el derecho de enojarse conmigo. Hace dos días que no hablaba con el y todo por culpa del orgullo. Es fácil cuando hay que pedir perdón por compromiso, sabiendo que vos tenes la razón pero que igual si no lo haces perderías esa amistad. Vences tu orgullo por una noble causa y sabes que igual vos estas bien; y la otra persona mal. Ahora, cuando la otra persona tiene toda la razón... ahí es cuando duele tener que admitir tus errores. Esa era la pura verdad, Ramallo tenia toda la razón en cada una de las cosas que me habia mencionado. El miércoles junto a Angie solo me habia confirmado que la definición que la casta;a habia dado sobre el amor era exactamente lo que me pasaba con ella; y aun mas. Era como si todo mi mundo girara en torno a ella, no podia sacármela de la mente y su bienestar me importaba mas que el mio. No podia creer que en apenas dos semanas habia llegado a sentir tanto aprecio por ella al punto de creer que haría todo lo que ella me pidiera, sin replicar nada. Hacia todos sus deberes y ansiaba esa hora que pasábamos juntos tres veces a la semana, aunque fuera en medio de una tutoría. No habia santo dia que no so;ara con ella, y sue;os que ni siquiera debería atreverme a tener con una catedrática. Me traía loco, babeando por ella! y lo peor de todo era que ni siquiera creía que se hubiera dado cuenta. Y era que me sentía tan comodo a su lado, con un sentimiento de familiaridad que me brindaba seguridad y conforte; algo que nunca habia sentido con ninguna otra mujer. Suspire. Ramallo tenia razón, estaba perdidamente enamorado de ella y me estaba metiendo en terreno peligroso; pero eso no me importaba. Ya no era cuestión de puntos o de las clases, era cuestión de lo que yo sentía hacia ella. Quería tenerla a mi lado y no pararía hasta lograrlo, lo único que sabia era que si no era mia... me volveria loco. Sin querer rei por lo bajo, burlándome de mi mismo. German Castillo, el chico mas popular de la escuela enamorado de la maestra de Quimica y Calculo... asi de patético. Pero quien podria escaparse del amor después de todo? Como decía la frase: cuando te llega el amor, te llega la idiotez.

-Amigo... yo... perdóname, enserio fui un tarado al tratarte mal y vos no te mereces eso- empeze dirigiendo mi mirada hacia mi amigo con gafas.

El no contesto simplemente se quedo observando su libro como si este fuera mas interesante que mi disculpa. Suspire de nuevo sabiendo que quería una mejor disculpa.

-Tenes la razón en todo, ok? Me encanta! Me fascina! y perdón por dejarme llevar por lo que siento y ya no prestarte atención- empeze no importándome el gritar en medio del patio- el dia en la clase? Si, le estaba viendo el trasero! Ok? Estas feliz ahora? Tenes razón, tengo que aprovechar lo que tengo delante mio, y eso es lo que voy a hacer.

Lo vi concentrado en su libro por un par de segundos hasta que sonrio ladeadamente y rio por lo bajo. Frunci el se;o sin entender hasta que el se giro y me dio un leve pu;etazo en el hombro.

-Miren nada mas- dijo en tono burlon- pero si el Don Juan se ha enamorado perdidamente de una sabelotodo.

Entrecerré los ojos, fingiendo molestia. Se estaba burlando de mi, pero solo por esta vez lo dejaría.

En mi propia trampaWhere stories live. Discover now