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MAXINE LEREBOURS

Abrí los ojos.

Por algunos segundos, me costó asimilar mi realidad. Acababa de tener un sueño muy extraño sobre mí montada en un caballo que volaba por los cielos, y ahora, la luz del sol se metía por mi balcón abierto, y pequeños rayos llegaban a mi cama, a mi cara.

Suspiré. Busqué mi móvil a tientas en mi mesita de noche, y lo atraje hacia mí cuando lo encontré. Encendí la pantalla; el fondo que mantenía de Stefan, de The Vampire Diaries, me dio los buenos días. Miré la hora: 09:24, y luego, miré la fecha: 15 de enero.

15 de enero...

¡15 de enero!

Me senté sobre la cama de un salto. El móvil cayó en mi regazo, deslizándose por la tela de mis pantalones de pijama y en dirección hacia el suelo, pero logré atraparlos.

Era 15 de enero. Era...

Era mi cumpleaños.

¡Era mi pase a la mayoría de edad! ¡Por fin, después de tantos largos años, tenía dieciocho!

Desbloqueé el móvil. Tenía varios mensajes en bandeja, algunos de Trenton, otros de Chiara. Abrí la mensajería.

Trent: Feliz cumpleaños, mi pelirroja favorita!!!

Trent: Te amo!! ♥︎

Trent ha enviado un video.

Sonreí. Abrí el video. Se trataba de un pequeño videoclip de él en la madrugada, mientras lavaba los trastes, felicitándome con una boba canción. Solté una carcajada.

Me: Gracias, también te amo. ♥︎

Su respuesta llegó casi al instante.

Trent: ¿A dónde iremos hoy?

Trent: Tengo cinco dólares y dos son canadienses 😏 ¿Armamos una fiesta o cómo?

Reí.

Me: No sé. Mi familia estará detrás de mí todo el día, pero te mantendré al tanto. :*

Salí del chat de Trenton, y luego respondí los mensajes de Chiara.

Me levanté de la cama. Caminé hacia el baño, hice mis necesidades y me cepillé. Me acomodé un poco el pelo, que aquel día se veía como un pelero, y luego, me dispuse a salir de mi habitación.

Encontré el pasillo muy callado. No escuchaba nada de ruido de ninguna de las habitaciones cercanas a la mía. Aquello me pareció extraño, pero supuse que estarían durmiendo, de todos modos, era un sábado en la mañana, y habíamos tenido unos días agitados desde inicio de año.

Bajé las escaleras con cuidado. Esperaba ir a la cocina, y encontrar algo de desayuno de parte de Amelia, la cocinera. Salí a la sala, para doblar hacia la cocina, y entonces...

— ¡Sorpresa!

Solté un gran chillido, asustada, y pegué un salto hacia atrás.

En la sala, rodeados de globos, bombas de confeti, y estúpidos gorros cumpleañeros, se encontraban mis padres, mi hermano y los gemelos.

— ¡Qué es esto! — chillé.

— ¡Cumpleaños feliz... cumpleaños feliz... cumpleaños Maxine... que los cumplas feliz! ¡Eh! — cantaron a coro.

Miré la escena, conteniendo una risita. Habían llenado la sala de globos, habían colocado una pancarta con un "Feliz cumpleaños" detrás, y, al parecer, Amelia había cocinado varios cupcakes. Pero lo que más divertido me parecía era la pinta que llevaban todos: en primer lugar, estaban en pijama, como si acabasen de salir de la cama, y en segundo, tenían puestas cosas ridículas. Los gemelos se habían colocado unos enormes lentes de festejo, y habían agarrado ambos dos bombas de confeti. Mi madre traía un gorro en forma de cono en la cabeza, y sostenía un gran pastel blanco con rojo. Michael se había puesto una nariz roja de reno, un gorro parecido al de mi madre y se había embarrado la cara de glaseado, y mi padre... oh, mi padre llevaba puesta una peluca de pelo rizado lleno de colores extraños, y una estúpida nariz de reno, como la de Michael.

Deseos prohibidos [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora