CAPÍTULO UNO: When I Was Done Dying

Start from the beginning
                                    

—Sube a dos, doscientos —ordenó a una de las enfermeras. 

Una tercera descarga. La misma línea recta. No fue hasta después de la cuarta descarga que NamJoon lo escuchó jalar aire de nuevo. El electro subía y bajaba al igual que su pecho. Se sintió, inesperadamente, aliviado. 

Extraño. 

Las enfermeras se pusieron en marcha de nuevo mientras los paramédicos iban de vuelta a la entrada de las ambulancias, uno de ellos comenzando a llenar el reporte. 

Tardaron un poco en estabilizar al muchacho pero al cabo de una hora ya estaban poniendo una segunda bolsa de suero, luego de cambiarle sus vestimenta por las ropas del hospital, entonces pudieron darse cuenta. Las claras e indiscutibles marcas del abuso. 

Golpes y arañazos sobre su piel blanca. Sangre manchando la ropa interior. 

Por Cristo, cuántos malditos enfermos había allá afuera. 

El joven desconocido fue designado como el paciente de NamJoon y este lo aceptó sin demasiadas objeciones, ahora mirando atentamente el deplorable estado del muchacho mientras esperaba a la policía. 

Su cabello negro estaba largo y sucio. Había rasguños y moretones en su rostro y cuello. Con las uñas rotas y los dedos lacerados. Raspones frescos por aquí y cicatrices viejas por allá. Los huesos perfectamente marcados bajo la piel blanca. Delgado y pequeño, aunque no tan pequeño en realidad. 

Un cuerpo maltratado y enfermo. A eso se podía resumir aquel joven. 

—Parece un niño —Escuchó decir a su compañera, HyeJin se llamaba ella—. Dudo que tenga siquiera veinte. 

NamJoon suspiro mientras se apretaba los labios, sintiendo un poco de asco, un poco de lástima, también algo de preocupación aunque sin saber realmente por qué pues no conocía, ni de lejos, a ese tipo. No había motivos para preocuparse así que lo ignoró. 

—Lo sabremos cuando lo busquen entre las personas desaparecidas —respondió—. Aunque sinceramente dudo que alguien lo esté buscando. 

—¿Por qué lo dices? 

—Míralo —dijo—. ¿Quién querría a alguien así? 

—Estás siendo un desgraciado, Kim. 

—Estoy siendo realista, Ahn. Es sólo una basura más de las calles. Ya verás que hemos perdido nuestro tiempo salvandole la vida, cuando la policía lo deje libre seguirá siendo el mismo drogadicto de hace unas horas. 

Miró a HyeJin y aunque esta le devolvió el gesto con repudio él sabía que ella, muy en el fondo, le estaba dando la razón. Porque por supuesto, en esas cosas NamJoon no se equivocaba. Nunca. 

La policía tardó más de lo debido en efectuar acto de presencia y cuando lo hicieron dijeron que no podrían hacer mucho hasta que el joven despertara. Lo más que ofrecieron fue levantar un reporte de los hechos junto con iniciar una búsqueda en la base de datos de familiares que pudiesen haber reportado a un chico con sus características físicas. 

—Pero no prometemos mucho —reiteró la mujer policía—. En casos como estos son personas sin familiares y sin amigos, terminaremos poniéndolo en algún refugio del cual después se irá para volver a las calles. Este tipo de personas nunca cambian, son caso perdido. 

Y NamJoon que ya lo había dicho antes no evitó mirar con cierta presunción a HyeJin, dejando escapar en ella un simple reproche, diciendo "te lo dije" en completo silencio. Ella se limitó a rodar los ojos antes de irse al igual que los oficiales. 

Fue ya bien pasada la mañana, casi a la hora del almuerzo, y cerca de acabar su guardia, que NamJoon fue a revisar al joven por quinta vez, encontrándolo por fin despierto. 

Sostenme en tus brazosWhere stories live. Discover now