—No es lo que tú piensas, Clarisse. No te miento que antes era una persona completamente diferente a la que soy ahora y todo es gracias a ti —Bill habló con rapidez.

—Lo sé, pero eso no significa que el matrimonio sea lo tuyo. Ninguno nace con el conocimiento de estar casado, si, pero tus acciones y ese comentario solo demuestran que estoy en lo correcto.

—¿A que quieres llegar con todo esto? —Bill le preguntó, esperando que Clarisse no estuviera diciendo lo que él imaginaba.

—Me gustaría que nos diéramos un tiempo. Nos vendría genial a ambos —Clarisse dijo con dolor.

—¿Entonces quieres terminar nuestra relación? —Bill respondió. Sus ojos demostraban todas los sentimientos que tenía en ese instante.

—Solo nos daremos un tiempo para pensar mejor las cosas, para ver qué es lo que queremos. Créeme que no lo hago por mi, lo hago por ti... jamás quise atarte a mi —Clarisse bajo la cabeza para que Bill no la viera a punto de llorar. Se quedó unos segundos en silencio, pestañeando constantemente para hacer que las lágrimas acumuladas en sus ojos volvieran a su lugar, después de eso prosiguió— y creo que esto te servirá para saber si realmente quieres continuar con todo lo que tenemos.

—¿Estuviste pensando esto por mucho tiempo? —Bill le preguntó calmado, aunque por dentro se moría de dolor.

—Desde que discutimos. Creo que la situación en la que estábamos allá afuera no nos ayuda de mucho tampoco. —Clarisse carraspeó un poco para aclarar su garganta— pero como ya sabes, esto no es por falta de amor, al contrario... te amo más que a nada, pero a veces eso no es suficiente para mantener una relación sana.

—Lo siento tanto por hacerte sentir de esta manera, Clarie. Me mata al fin saber qué pasa por tu mente después de la estupidez que dije aquel día, pero entiendo por completo. Fui un idiota. —Bill se frotó el rostro con ambas manos bastante fuerte, así que su rostro quedó rojo por unos segundos— aceptaré el tiempo que me estás pidiendo, pero quiero que sepas que no me rendiré contigo. Seguiré peleando por ti hasta el momento en que me perdones o hasta el momento en que dejes de sentir algo por mi.

—Te lo agradezco mucho, William —Clarisse miro sus manos una última vez y con las piernas temblorosas se puso de pie. Bill no dudó ni un segundo en hacer lo mismo que ella.

—Empacaré mis cosas —Bill comentó en voz baja, pues tenia un enorme nudo en la garganta.

—No es necesario, tú puedes quedarte aquí —Clarisse respondió de la misma manera que lo hizo Bill.

—Esta es tu casa, es solo para ti —Bill respondió, pero Clarisse fue la que lo interrumpió en esa ocasión.

—Necesito un tiempo fuera de aquí —Clarisse respondió con pesadez.

Bill se quedó en completo silencio, viendo como su enorme error hizo que pasara todo eso. Posiblemente su matrimonio estaba a punto de terminarse y estaba dejando ir al amor de su vida por pensar solo en sí mismo. Sabía que Clarisse estaba protegiéndolo y que tenía información muy confidencial, pero él tuvo que arruinar todo por sobreprotector. Se sentía impotente al no poder hacer nada más mientras veía a su esposa empacando una maleta con sus cosas más importantes.

—Se que esto nos servirá a ambos para pensar mucho mejor. Sabía que con lo incómodos que estamos las cosas se pondrían peores, así que esto es necesario para sanar —Clarisse le dijo en voz baja, pero aún así sabía que Bill podía escucharla a la perfección.

—Lo entiendo —Bill respondió.

Clarisse no sabía que más decir, así que tomó sus cosas y comenzó a caminar para salir de casa. Bill caminaba con pasos pesados detrás de ella. Una vez que estuvo a punto de salir por la puerta principal, sintió como los grandes brazos de Bill la abrazaban por detrás.

—Cuídate mucho, por favor —Bill susurro en su oído. Clarisse solo se estremeció. A pesar de que estaban en un mal momento, William seguía haciéndola sentir genial.

—Lo haré, aunque también debes hacerlo tú. No olvides comer y dormir bien —Clarisse respondió, respondo hondo para quedarse con el aroma de Bill.

—Lo haré.

Ambos se quedaron así unos segundos más hasta que Bill le dio un beso en la nuca. Su aliento era caliente. Todo estaba sucediendo como Clarisse quería que pasara, hasta que sintió una tibia lágrima deslizarse por su oreja. Tenía que marcharse en ese momento.

—Espero que nos veamos pronto. Estaré pendiente de ti aunque no estemos juntos por el momento —Clarisse le comentó, dándole un apretón de manos mientras se zafaba de entre sus brazos. No podía más.

Antes de que Bill le dijera algo más, ella se largo a correr. No quería saber más de nada, no quería arrepentirse de la decisión tan difícil que estaba tomando. Sabía que aquello beneficiaría a William y a ella aunque no lo quisiera admitir.
Había escuchado que el primer año de matrimonio era el más difícil, pero no pensó que tanto.

Había pensado en recoger a su perro de casa de los Weasley, pero no quería que nadie sospechara nada. Sería bastante obvio que algo malo había pasado entre ellos y no quería responder preguntas. Solo pensaba en su lugar seguro, en la cabaña de su abuelo, así que cuando menos lo pensó ya se encontraba frente a la puerta de madera que tantos buenos recuerdos le había traído.
Abrió la puerta y para ese momento no pudo contenerse por más tiempo. Ahí fue cuando se rompió.

Clarisse ⟨••Bill Weasley••⟩ Where stories live. Discover now