—¡monitsu me empujó en un charco de lodo, sumiyoshi-san!

—¡no digas mentiras! tú te tropezaste y del coraje me jalaste. además, ¡¿por qué dices su nombre correctamente y el mío no?!, ¡nos conocemos desde que somos niños!

oh, los amigos de su hijo eran todo un caso. realmente le parecían graciosos y divertidos, además de que siempre hacían reír a su hijo, así que les tenía un cariño paternal.

—ah, ¡ya llegaron! —escuchan una voz dulce bajando por las escaleras.

—¡nezuko-chan! trajimos el pastel —le dice zenitsu, pasando junto a inosuke al ser invitados por el omega de la casa.

sumiyoshi notaba el esfuerzo de los chicos al entrar dejando sus zapatos fuera para no ensuciar el hogar.

—¡yo traje las flores! —señala el de ojos verdes, levantando el jarrón donde las flores se hidrataban con el agua limpia—. ¡oh, es ojos de pez! —apunta ahora al alfa en la sala, quien los veía sonriente.

—¡buenas tardes!

sumiyoshi ya estaba acostumbrado a tener la casa siempre ruidosa. no era un ruidoso molesto, sino de esos momentos donde te sientes feliz de compartir el tiempo con la gente al rededor.

—tsugikuni-san, ¿preparó comida? —le pregunta el joven rubio.

el omega niega leve, caminando a la cocina para cargar a su pequeño.

—no, no, nezuko me dijo que su amigo genya iba a venir con algo de comida para todos. lo único que preparé fue el tara no me favorito de tanji.

los jóvenes asienten, comenzando una conversación con kyoujurou en la sala.

sumiyoshi mira el reloj de su muñeca, siendo interrumpido nuevamente por...

ding dong.

¿ahora sí era su hijo? incluso sus hijos comenzaban a bajar a esperar la llegada de su hermano mayor.

—takeo, hijo —le llama cuando lo ve asomarse desde arriba de las escaleras—, procura que tus hermanos no jueguen con el pastel que los chicos trajeron —pide con sus manos juntas, abriendo la puerta apenas su hijo asiente y se dirige a la cocina.

—hola, tío sumiyoshi —le saludan los gemelos.

¡cuanta gente va llegado a casa!

—¡hola, muichirou, yuichirou! ¿vinieron solos? —pregunta dándoles la bienvenida.

—no, nuestro papá se encontró un gato y está jugando con él.

—a decir verdad, los tres llegamos hace un rato, pero nos quedamos jugando con él un poco.

sumiyoshi no puede reprimir su risa, tan linda y contagiosa que los gemelos sonríen al verlo. podían decir que la especialidad de los tsugikuni-kamado era hacer sentir cómodos y felices a cualquiera que llegase a conocerlos.

—¡ya veo! pasen, pasen.

antes de cerrar la puerta, divisa al padre de los gemelos y la da la bienvenida con un corto abrazo.

—¡hola, michikatsu! ¿cómo está nanami? —pregunta amable.

el alfa le sonríe corto, agradeciendo su pregunta.

—está muy bien, llegará en unos minutos del trabajo. ¿tú ya tienes vacaciones? —cuestiona dejando su chaqueta en el colgador junto a la puerta.

el omega asiente y su plática sigue y sigue, abarcando el tema de lo rápido que ha pasado el tiempo.

parecía ser apenas ayer que yoriichi y sumiyoshi se casaban en un festejo pequeño pero agradable. sus fotos de compromiso adornaban el gran mueble donde los cuadros abundaban entre tantos niños. antes de salir de casa, cada integrante de la familia veía las fotos, a veces sin pensarlo y otras ocasiones por costumbre o gusto.

⸝⸝' ꒳ '⸝⸝  ¡ papá quiere amor !  ⸝⸝' ꒳ '⸝⸝ ˗ˋˏ♡ ˎˊ˗ yoriichi x sumiyoshi ˋˏ♡ ˎˊ˗Where stories live. Discover now