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❛ la única razón por la que Sanzu odiaba verse todos los días al espejo y en cualquier reflejo, eran ver aquellos cortes sobre la comisura de sus labios. Una gran inseguridad en él, pero lo no sabe es que otra persona los...
El ojos azulinos encendió el carro para desaparecer del estacionamiento y de las calles junto a su esposo tomando su mano donde posaban sus anillos de compromiso.
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Después de dos horas de camino a casa luego de recorrer kilómetros y kilómetros desde una ciudad entera a una zona más alejada del ruido, estacionó el carro en el pórtico para apagar el motor. Seguido de ello, la pareja de asesinos y mafiosos bajaron del carro tras escuchar los llamados de un niño reflejarse por los espejos retrovisores.
─¡Hikaru, mi bebé!─ decía Takemichi tomando a su pequeño de un año para levantarlo y rodearlo en sus brazos, besando sus mejillas gorditas haciéndolo reír mientras iban adentrándose a la mansión donde vivían actualmente.
─¡deja de abrazar a mi esposo, mocoso!─ le reclamaba a su propio hijo al verlo tan cariñoso con su esposo, yendo para tomar la cintura de su esposo besando la cabeza de su niño─. Sólo porque tu padre te extrañó mucho, no haré nada por ahora pero ojo, cuídate a la próxima porque en cuanto lo tenga a mis brazos voy a hacerle el...─ fue mandado a callar tras notar la mala cara que le dio su esposo, alejando sus manos sobre su cuerpo.
─no puede ser. No hay un día donde no discutas con tu propio hijo.─ el cabellos negros rodeó los ojos y luego dio una pequeña sonrisa─. Espero que te vayas preparando todavía más porque llegará otro integrante.
─sí, ya, ya. Ya sé que es mi hijo, que no debo pelearme por un niño y luego tendré que lidiar con otro integr...─ guardó silencio, abriendo sus ojos por completo─. ¡¿Qué dices?! ¡¿Cómo qué otro integrante, Takemichi?!─ esta vez fue ignorado por su esposo quien se dirigía al patio trasero─. ¡No me dejes hablando sólo, hombre! Espera...
Su cerebro había dejado de funcionar, era obvio el mensaje oculto tras sus palabras y por fin logró descifrarlo.
─¡no me jodas! ¡¿Es en serio?! ¡No me jod...!─ un golpe causó que guardara silencio y se disculpara─. Perdón. Olvidé que no debo decir groserías en frente de nuestro pequeño renacuajo.
─idiota.─ rechinó entre dientes el ojos azules y luego volteo a verlo por encima del hombro─. ¿Entonces...?
─¿entonces qué...? Estoy feliz por la noticia a pesar que me hayas sacado un susto.─ confesó y le sonrió─. Pensé que había encontrado alguien más.
Takemichi dejó de jugar en la arena con su hijo para levantarse sacudiendo sus ropas.
─¿Quién fue el que te metió esa idea? No estoy interesado en nadie más.─ aclaró con total firmeza─. Al menos que no seas tú. Además, estoy ocupado con mi trabajo y los horarios libres que tenga lo paso con mi familia.─ el menor de estatura sé cruzó de brazos subiendo una de sus cejas molesto.
─lo sé mi vida, perdóname.─ pasó sus manos a su espalda baja para atraerlo hacia este, besó su mejilla─. Sé que jamás nos abandonarías.
─idiota.─ susurró para darle un beso corto en sus labios, sonrojándose en el instante─. ¿Ya te he dicho que amo tus cicatrices?─ cambió de tema pasando sus brazos alrededor del cuello de su hombre, dándole una pequeño gesto en sus labios.
─eso ya lo sé, siempre me lo recuerdas.─ besó su nariz y tomó su mano para guiarla hacia su hijo, quien este sonreía al ver a sus padres juntitos con él─. Dame eso, yo mismo haré un increíble castillo.
El orbes azulejos reía al mirar el momento de su esposo ayudándole a su pequeño bebé crear un nuevo castillo de arena tras derrumbarse su fallido intento. Recordándole la promesa que hicieron al crear un nuevo futuro juntos en unos años, cumpliéndolo con éxito, confianza y amor que se dedicaban siempre.
🌷;; gracias por leer hasta aquí. . .✧
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🦋 cicatrices ◍ santake fanfic 🦋
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Nota:
¡Espero que les haya gustado! Ahora sí, se cierra con broche de oro la historia terminando el extra.
