- Ya llegué mamá - Langa se sacó sus zapatos y entró directo a sentarse al sofá a descansar.
- ¡Hijo! ¿Cómo te fue? ¿Obtuviste el trabajo?
- Si, de hecho no me vas a creer pero Reki también estaba postulando al mismo empleo y ambos quedamos contratados.
Nanako lo miraba de forma juguetona.
- ¡Uy! Que curiosa coincidencia - bromeó mientras miraba a su hijo, quién le evadía la mirada.
- ¡Basta mamá! No me molestes... No debí decirte que quería trabajar para poder comprarle un regalo a Reki.
- De acuerdo, de acuerdo... No te molestaré más ¡Ah! Antes que se me olvide... Lamentablemente tendré que trabajar para navidad, trataré de salir lo antes posible así que espérame y veremos que preparamos para cenar.
- Ok... No te preocupes, tu trabajo es importante, debes ir - respondió Langa un tanto apenado - ¿Mamá? ¿Cómo celebran navidad acá en Japón?
- Mmm a diferencia de Canadá, no es una fecha muy familiar, de hecho las parejas son las que más celebran ese día, salen a cenar y luego van a ver las luces de los diferentes parques, y los que no tienen pareja simplemente cenan en sus casas y comen pastel navideño - comentó Nanako.
- Entonces ¿Navidad es para celebrar en pareja?
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Reki lo había invitado a celebrar ese día con el ¿Significaba que quería pasarlo como pareja? ¿O fue coincidencia? Quizás sólo lo invitó como amigo.
Langa sólo había pensado en comprarle un obsequio en navidad pero jamás pensó en la posibilidad de poder pasar el día con él ¿Era una cita? ¿Será correcto contarle sobre sus sentimientos? Quizás Reki se alejaría o lo rechazaría y la simple idea lo aterraba.
- Creo que solo le daré su regalo...
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- ¡Estoy de vuelta en casa mamá! - Reki llegó a su hogar pero fue derribado por sus poderosas hermanas pequeñas.
- ¡Hermanito! Vamos a jugar con mis muñecas - pidió Nanaka.
- No... Ayer jugamos eso, mejor vamos al parque - pidió Chihiro.
- Dejen que Reki descanse, viene llegando del trabajo ¿Cómo te fue cariño? - preguntó su madre.
- Bien, pasé la prueba... La hermana mayor de Kaori es muy agradable, y Langa también estaba ahí y también quedó en el trabajo.
- ¡Qué bueno! Aunque no sé por qué trabajas tanto cariño, papá y yo te podemos pasar dinero - le dijo su madre Masae.
