Amor sin Materia. [Miku Nakano X Tu]

Capitulo 9.

Me quedé ahí parado por unos segundos, viendo la puerta, preparándome mentalmente para tocarla, preparandome mentalmente para lo que me esperaba, preparandome mentalmente para saber que decir en caso de que me abran, preparandome mentalmente para darle cuenta de que no hay nadie y quedar como un idiota que hizo tanto esfuerzo para nada.

Toc, Toc, Toc.

Toqué la puerta esperando una respuesta inmediata, y sorprendentemente lo fue.

—¿Diga?— Una voz femenina pregunta.

—H-Hola, soy Tn, y estoy buscando a Fuutaro Uesugi, vengo de parte de Tsukasa— Respondí.

—Fuutaro no se encuentra en estos momentos, venga otro día.

—Por favor, ¿al menos podría hablar con usted?.

—¿Y por qué debería confiar en usted?.

—Conozco-... Quiero decir, conocí a Miku Nakano, estoy seguro de que usted también la conoció...

Ella no respondió.

La puerta se abre lentamente, solo para ver a una joven cita de quizás unos quince años, un largo cabello negro amarrado con una cola de caballo y par de mechones y el resto recorriendo su espalda, y unos grandes ojos color miel.

—¿Conociste a Nakano-San?— Ella pregunta.

—Si, y me hubiese gustado haber conocido a sus hermanas...

—Adelante— Ella se abre paso para dejarme entrar a la casa.

Es la primera vez que me dejan entrar a una casa sin siquiera conocer a su propietario, y me siento algo sucio de que esté a solas con una niña, ni que fuera un depravado de un hentai promedio cliché final super asqueroso.

Luego de un par de minutos, ambos estábamos reunidos en la pequeña mesa de la sala de estar, tardamos un poco porque ella preparó un poco de te para ambos.

—¿Asi que tu eres Raiha, no?— Pregunté.

—Si, ¿ya sabias de mi?— Preguntó sorprendida.

¡Mierda! ¡No le puedo decir que me enteré de por parte de Miku!.

—T-Tsukasa me habló de ti, dijo que fuiste al funeral de las quintillizas...

—Oh, si, si fue al funeral... Desearía que las cosas no hayan sido así para ellas, eran tan jóvenes aún.

—Me duele que todas hayan fallecido, pero al que más le afectó fue a mi hermano...

—¿Fuutaro, no?.

—Hmmp... Él se iba a casar con una de ellas, ¿conociste a Yotsuba?.

—No la conocí, solo sé de ella gracias a Miku.

—En fin, aquí puedes ver una fotografía donde están todas ellas, sacada hace ya varios años atrás...

—¿Yotsuba es la del listo verde?.

—Si, es con ella con quien mi hermano se iba a casar... ¿Sabes la pastelería que está a la venta allá afuera?.

—Si.

—Esa pastelería le pertenecía a Miku y a ella— Raiha señala a Nino. —Pero ahora que sus dueñas no están, no hubo más que otra opción que ponerlo a la venta...

—¿Ustedes lo hicieron?.

—Obvio que no, ese lugar originalmente iba a ser de nuestra fallecida madre, pero no pudo cumplir su sueño. Y años después, las Nakano se encargaron de hacer ese sueño perdido realidad, a pesar que de que no duró mucho...

—Lamento mucho por lo que están pasando tu y tu hermano en estos momentos...

—A nuestro padre también le afecto, y a su padre adoptivo también le afecto mucho la partida de todas ellas...

—Y... ¿Por qué dices que al que más afectó fue a Fuutaro? Quitando el tema de que se iba a casar con una de ellas.

—Digamos que no sólo lo afectó sentimentalmente, si no también mentalmente...

—¿Mentalmente?.

—Si, varias semanas después de que las quitillizas fallecieron, él empezó a hablar sólo casi todas las noches, y no como si estuviera pensando en voz alta, si no que más bien como si estuviera conversando con alguien...

—¿Sera que él...?.

—No lo sé, en varias ocasiones le llegué a preguntar que con quien estaba hablando, y aveces el me decía que no estaba hablando con nadie, pero hubo un momento en el que no parecía el Fuutaro que conocí...

—¿Por qué lo dices?.

—Una noche, lo escuché gritar muchas veces el nombre de Yotsuba para luego ponerse a llorar como jamás lo había hecho, estaba completamente impactada, ya que Fuutaro es alguien que jamás demostraba como se sentía, verlo llorar era algo nuevo para mí. Entre a su habitación y no para de decir que todo esté tiempo estuvo hablando con Yotsuba, que su supuesta forma espectral se le aparecía todas las noches para hablar, hasta que en esa noche, ella no volvió a aparecer...

Abrí mis ojos de la sorpresa.

—Tanto para mí padre, para mí y para sus amigos, nos pareció algo completamente fuera de lugar su extraña actitud, e incluso llegó al punto de querer quitarse la vida, gracias a Dios que no fue así y pudo mantenerse estable, al menos en ese sentido...

—¿Y donde se encuentra él?.

—Él ahora está recuperándose mentalmente en un campamento a las afueras de la ciudad, aquí está su dirección— Ella me entrega un pequeño papel, mostrando la dirección de tal campamento.

—¿Te molestaría si voy a visitarlo?.

—Para nada, nadie lo ha visitado desde que fue enviado para allá, así que te lo agradecería mucho si lo haces.

—Descuida, Raiha-Chan, iré para allá ahora mismo— Dije mientras me levanto para salir del departamento.

—¡T/n-San!— Yo volteo para verla. —Pesé a la que más adoraba era a Itsuki-San... Miku-San me parecía la más hermosa de todas...

—Opino lo mismo, Raiha-Chan... Adios y gracias por todo— Salgo del departamento.

Bajé las escaleras para salir del edificio para dirigirme hacia mi nuevo destino, pero no sin antes dejarle un pequeño mensaje al teléfono, quería que Miku supiera que estoy bien.

—Hola, Miku... Lamento que esté tardando algo de tiempo en regresar a casa, estoy buscando información para saber por qué aun estas en este mundo...

[...]

—... y pese a que aún no recolecto la suficiente, tengo la buena noticia de que encontré a la persona que nos puede ayudar sobre todo este. Tranquila, todo estará bien, regresaré para el atardecer.

—T/n... Por favor, regresa...— Dijo una débil Miku mientras trata de acercarse al teléfono, estaba tan débil que ni siquiera se podía parar.

Y tan transparente, que la luz pasaba a través de ella sin problema alguno.