— Puedes dejar de abrazar a Roger, está muy cansado— menciono Brian y Freddie se apartó confundido, luego garraspeo Roger.

De alguna manera, hablar con otras personas mientras estaba con Brian lo hacía sentir incómodo, como ahora mismo.

— Me tengo que ir, mis amores— se puso de pie y salió de la habitación muy rápido.

— Eso fué- comenzó a decir Brian.

— ¿Raro?— preguntó Roger.

— Si—.

— Mhm— afirmó.

Toda la tarde estuvieron buscando a John quién no se encontraba en ningún lado, habían buscado por todos los salones de su facultad, todos los jardines, habitaciones, armarios, incluso en los vestidores pero solo faltaba un lugar; la azotea de la universidad.

Fueron a ese lugar y tan pronto como llegaron comenzaron a buscarlo, unos sonidos los alertaron y encontraron a John llorando con su rostro pálido, sus labios rojos e hinchados y sentado en el piso, recargado en una pared abrazando sus piernas.

— ¿Estás bien?— preguntó Roger.

— Si— susurró.

— Hace frío aquí, vayamos a mi habitación—.

— Mía— murmuró Brian y Roger lo miró raro.

— Estoy bien- Estoy bien así— dijo temblando.

« ¿No es tanto drama por un beso?» se preguntó Brian.

— ¿Por qué lloras?— preguntó el mayor.

— Porque- Porque arruiné todo, ¡lo arruiné todo!— gritó con una mueca de dolor.

— No arruinaste nada, Deacy. Cuéntanos qué pasó—.

Obviamente sabían los hechos pero querían saber la versión de John.

— F-Freddie me besó y yo le grité—.

— Se solucionará, John, lo prometo, deja de llorar—.

— Las estrellas están más solas y no lloran, de hecho brillan cada vez más—.

— ¡Brian!— reprendió Roger.

— Tienes razón, pero me siento mal— dijo John temblando — No sé que me pasa, siempre me ha gustado Freddie pero yo- limpió sus lágrimas — Yo le grité y él no hizo nada malo—.

— ¿Te gusta Freddie?— preguntó Roger sorprendido.

— Quería convencerme que no pero él me hace sentir algo—.

— Quiero que regreses a tu habitación y arreglen las cosas, además este es un lugar donde no puedes estar— demandó Brian y John hizo caso yéndose cabizbajo.

Se veía tan vulnerable y frágil, a Brian le dió un poco de lástima.

— ¡Oye!, ¿¡Por qué le hablaste así?!— preguntó el blondo muy furioso ya que John no estaba ahí.

You and i [Maylor] COMPLETOWhere stories live. Discover now