—Changbin, quiero hablar contigo — me dijo de repente. Tzuyu nos miró y sonrió.

—Le llevaré el desayuno a tu madre, Changbin — tomó una bandeja con una taza de café y unos pastelitos de fresas y salió, dejándonos solos.

—¿Qué quieres?

Él se acomodó en su silla y presencié algo que nunca esperé por parte de él: inseguridad.

Abrí la boca como tonto, Felix, el niño listo de todos los tiempos, estaba nervioso. No pude evitar reírme.

—¿De qué te ríes? — me preguntó.

—De nada — respondí, pero no pareció muy convencido. Jugó unos minutos más con la cuchara y se puso de pie con la cabeza gacha.

Incliné mi cabeza para mirarlo a los ojos y me fijé que sus mejillas estaban encendidas.

—Felix,¿Qué te ocurre? — pero antes de responderme, se abalanzó sobre mí y chocó su boca con mi ojo— ¿¡Me quieres dejar ciego!?

¿Qué había intentado hacer? Casi asesina mi pobre ojo.

Me tapé el ojo herido con la mano y lo observé. Estaba de pie frente a mí e incluso más colorado que antes.

En eso, volvió Tzuyu. Tenía una sonrisa en el rostro y tarareaba una canción alegre, pero quedó en silencio al vernos a nosotros.

—¿Qué te pasó en el ojo, Bin? — preguntó al darse cuenta que cubrí mi ojo.

— Felix me golpeó — le contesté.

—¡No, yo solo trataba de...! — guardó silencio, no terminó de decir la frase.

—De asesinarme, eso querías — le dije, exagerando la situación.

—Changbin, cariño. No creo que Lix haya querido asesinarte, ¿Verdad Felix?

—Por supuesto que no, yo jamás te haría daño — me calmé unos segundos y en ese preciso instante, apareció Chaeryeong en la puerta de la cocina.

—Chicos, ¿no me oyen?. El auto está esperándote, Changbin y Felix, tu hermano se irá si no te apresuras — Lo fulminé con el ojo bueno y me encaminé hasta el auto. Afuera se escuchaban los bocinazos que daba Hyunjin porque no me apuraba.

—¿Tienes los pies de lana, Changbin? ¡Debo dar un examen muy importante y necesito llegar temprano! — gritaba a todo pulmón por la ventana. Me subí e ignoré las quejas de mi hermano. Las hormonas lo estaban volviendo loco, era lo más seguro.

Cuando llegamos, Hyunjin se escapó a su clase para estudiar antes de su examen y yo tuve que ir a dejar a Yeji a su salón. Este era su primer año y el castillo la aterraba.

Después de soportar el llanto de Yeji, el berrinche que armó para que no la dejara, me fui finalmente a la primera clase del día: Literatura.

—Changbin, ¿ya pensaste lo del beso? — me preguntó BangChan cuando llegué. Yo le había advertido que no me hablara hasta que dejara de molestar con eso. Hice oídos sordos y me senté al lado de Lia como si nada hubiera pasado.

—¿Qué pasó ahora? — inquirió mi prima.

—Nada — le respondí.

—¿Qué tienes en el ojo? Está hinchado — me dijo Lia, con cierto terror en la voz. Yo me toqué el ojo, y en efecto, estaba hinchado.

—Y morado — agregó BangChan.

Mataría a Felix cuando volviera a casa.

En mi "mundo" era normal que la gente se relacionara como quisiera, ya fuera; hombres con hombres, mujeres con mujeres aunque no fuera común, lo más normal era ver a hombres y mujeres siendo pareja. Aunque si no era así, también era considerado normal. Tampoco habían distinciones ni estereotipos de género, y eso era lo que más agradecía.

𝑀𝒶𝓇𝓇𝓎 𝑀𝑒 || 𝐿𝒾𝓍𝒷𝒾𝓃 /𝒞𝒽𝒶𝓃𝑔𝓁𝒾𝓍 Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang