El amor es Gris [Libro #1 Completa ✓]

Capitulo 27: Todo fue por ella

Una semana después, volví y decidí sentarme frente al Starbucks. Me tapaba el rostro con un cubre bocas y usaba mis lentes de sol. Elian me acompaña y el muy tonto se burlaba de mi "camuflaje".

—Ella, es Vanessa.

Cuando Elian señaló al frente. La vi...

Una piel blanca y cremosa, un hermoso cabello pelirrojo y ondulado cayendo sobre sus hombros. Delgada, pero con una linda silueta; no negaré que mi vista se posó sobre su trasero en cuanto tuve oportunidad.

Era perfecto.

Y su rostro... Joder, su rostro... una linda carita, una linda nariz pecosa al igual que sus mejillas. Unos labios medianos con un hermoso labial carmín que los decoraba. Y sus ojos, eran miel.

Era mucho más hermosa de lo que yo podía imaginar. Y pensar que yo me enamore por su forma de ser, por sus sentimientos, por ser ella y amarme tal y cómo era. Me enamoré de Ness, no me enamoré de lo que ella podía ser.

Pasaron días y por fin llegó el momento en el que pude estar cerca de ella, el momento en que la tuve frente mío. En el momento en que pude decirle que era yo; cuando lo hice, sus ojos se volvieron llorosos y estuvieron brillantes al mismo tiempo.

—Ahora... Puedo ver cuál hermosa eres...

Esas palabras salieron inconcientemente de mi boca y mis manos solo querían tocarla, quería abrazarla.

Claro que no podría ser tan fácil. Claro que ella tenía derecho a enojarse y sinceramente no me importó, por qué yo solo quería estar con ella, pasé lo que pasé.

Y si, tuve razón. Peleamos, nos dijimos todo lo que queríamos, nos hablamos con la verdad, nos dijimos cuántas cosas. Soltamos todo lo que debíamos. Pero como era de esperar en ese momento... Shace llegó a la colina. Yo sabía bien la mirada de Shace. Sabía que su mirada siempre ha sido calida. Y la mía... Algo gelida.

Cuando me fuí de la colina y los deje a ellos, sentí una punzada. ¿Shace amaba a Nessa, tanto como yo? ¿Por qué nunca me dijo que él la amaba? Yo hubiera evitado todos estos sentimientos.

Llegué a mi casa, y lo único que hice fue acostarme, me quede mirando el techo. Gomita se acercó hasta mi y me dió lengüetadas en la mano. Lo acaricié y me le quede viendo con tristeza.

—La extrañas... ¿Cierto?

Gomita me miró con los ojos tristes y agachó la mirada. Si, gomita sabía muy bien. Ellos también podían extrañar a las personas, así como nosotros.

Había pasado una hora más o menos, cuando escuché que alguien tocó el timbre. Sabía quién era, no necesité que alguien viniera a decirme.

Salí de mi habitación y baje escaleras, para escuchar a Amanda murmurar.

—Lo siento Shace, pero Elliot...

—Solo quiero hablar con él, solo eso, Amanda.

Me acerqué a ellos y puse una mano sobre el hombro de Amanda. Ella entendió y dejo pasar al de ojos azules.

—Vamos Shace... Yo también quiero hablar contigo —dije mientras lo guiaba al despacho de mi padre.

En cuanto le ofrecí asiento, Shace me señaló.

—¡¿Le rompiste el corazón y te atreves a ir por ella?!

Si. Estaba enojado y verle enojado era raro, pero tenía motivos. Tenía muchos motivos y los tuvo todo este tiempo.

—No lo hice por qué quisiera, Shace —respondí —. Ella necesitaba una explicación, y yo se la dí, así como te la di a ti, hace unas cuentas semanas.